Michael Schumacher cumple hoy 56 años. El alemán es una auténtica leyenda de la Fórmula 1. Con siete Campeonatos del Mundo de pilotos en su haber, está igualado con Lewis Hamilton como hombre más laureado de todos los tiempos. Dado que llevamos más de una década sin saber nada de él, Flashscore te recuerda cinco de sus mejores momentos en la categoría reina del automovilismo.
1. Bélgica 2004: séptimo Mundial
Todo tiene un final, incluso la interminable racha de cinco Campeonatos del Mundo consecutivos protagonizada por el Kaiser con su Ferrari. El mito de Hürth-Hermülheim puso la guinda a su palmarés con la séptima corona en uno de sus trazados fetiche, Spa-Francorchamps, en el que también debutó y consiguió su primer triunfo en F1.
Lo hizo como sólo él sabía: aplastando al resto de competidores. Únicamente necesitó 14 carreras para asegurar su última corona, en una temporada en la que acabó ganando 13 de 18 Grandes Premios. Un hito colocado a la altura de muy pocos.
Sin saberlo, ese 2004 dorado puso punto y final a una de las eras más brillantes del Gran Circo. Justo después, Fernando Alonso bajó a Michael de la cima con un bicampeonato que supuso un cambio de ciclo y, al final de 2006, la primera retirada de la leyenda alemana.
2. Europa 1995: robo de cartera a Alesi
Sí, Michael Schumacher tuvo vida antes de subirse a un monoplaza Ferrari. Ganó sus dos primeros Mundiales (1994 y 1995) defendiendo los colores de Benetton. Durante el Gran Premio de Europa de 1995 celebrado en el emblemático circuito de Nürburgring, firmó uno de sus adelantamientos más recordados.
La víctima fue el francés Jean Alesi, que casualmente pilotaba un Cavallino Rampante. A falta de dos vueltas, y tras una buena batalla, Schumi realizó un movimiento maestro en una doble curva para dejar sin triunfo al galo, que posteriormente elogió la elegancia de la maniobra.
3. San Marino 2005: la persecución que puso a prueba a Alonso
"Perdí más que gané contra él. Es un piloto increíble y fue una inspiración para todos los pilotos de mi generación, cuando estábamos en karting y categorías inferiores, ver a Michael dominar la Fórmula 1", reconoció Fernando Alonso allá por 2023 en un documental de la cadena alemana ARD dedicado a la vida y proezas del Kaiser.
Y es que, el asturiano siempre tuvo a heptacampeón delante o pisándole los talones. Así, en 2005, año del primer Mundial del español, dejaron un duelo para la historia de la Fórmula 1 durante el Gran Premio de San Marino. Aquel domingo, Schumacher partió en 14ª posición tras clasificar mal por un error en el entrenamiento previo y acabó presionando al Nano por el primer puesto durante unas 11 últimas vueltas de infarto.
Aunque no ganó, hemos elegido este momento en el circuito de Ímola porque define a la perfección la icónica rivalidad que mantuvo con Fernando y por sacar a relucir el espíritu insaciable que siempre caracterizó al mejor piloto de todos los tiempos.
4. España 1994: un podio 'a lo Senna'
El Kaiser ganó su primer Campeonato del Mundo en 1994 de la mano de magníficas actuaciones. Una de ellas tuvo lugar en España, en el Circuito de Montmeló (Barcelona), donde logró finalizar en segundo lugar pese a sufrir un problema en la caja de cambios que únicamente le permitió emplear la quinta marcha.
Su desempeño recordó al triunfo del malogrado Ayrton Senna en Brasil 1991. En ese caso, el piloto local completó la carrera en sexta, lo que le provocó calambres y dolores musculares hacia el final de la prueba. Su cara en el podio, sujetando la bandera del país sudamericano, fue un poema.
5. Mónaco 2012: última pole
Después de regresar a la F1 en 2010 con Mercedes, Schumacher no consiguió muy buenos resultados. Sin embargo, de vez en cuando, dejaba destellos de su descomunal calidad. Así sucedió en Mónaco 2012, donde Michael brilló por última vez durante una sesión de clasificación de sábado.
Desafortunadamente, el sensacional rendimiento mostrado en el día previó a la carrera no le sirvió para partir desde la pole el domingo, dado que cargaba con una sanción que implicaba perder puestos en la parrilla de salida proveniente del Gran Premio anterior.
Pese al castigo, no podíamos obviar el último momento cumbre del heptacampeón. Más si cabe, habiendo sucedido en uno de los circuitos con mayor mística del calendario.