Más

Nacho Rodríguez: "En la selección pusimos la semilla de éxitos posteriores" (1/2)

Nacho Rodríguez, como GM del Barça
Nacho Rodríguez, como GM del BarçaColección personal de Nacho Rodríguez / Flashscore

Nacho Rodríguez es historia viva del baloncesto español y ha estado presente en muchos de los momentos icónicos que este ha vivido en las últimas décadas: el triple de Ansley, la primera Euroliga del Barcelona o la victoria de España sobre EEUU en Indianápolis tienen al malagueño como elemento común. El que fuera también GM de la sección del Barcelona de baloncesto ha charlado con Óliver Domínguez, CM de Flashscore España, sobre su trayectoria dentro y fuera de las pistas. Les ofrecemos la primera parte de la entrevista.

Pregunta: ¿A qué se dedica ahora, en 2025, Nacho Rodríguez? 

Respuesta: Bueno, pues mira, soy socio de una consultora en Madrid, en la que asesoramos y damos servicios integrales a empresas del mundo del deporte, tanto a nivel de crecimiento de la empresa como en tema de licitaciones y subvenciones. Un proyecto integral 360 a empresas, a clubes y a federaciones, en líneas generales. Y al mismo tiempo también, para no perder el contacto con el baloncesto, estoy comentando partidos en Movistar de Euroliga y en la radio, en Onda Madrid, básicamente en LEB Oro con Fuenlabrada y Estudiantes.

P: Bueno, ya que ve tanto baloncesto, ¿cómo cree que ha cambiado este deporte desde sus días como jugador? 

R: Creo que ha cambiado mucho, y yo diría que hay tres cambios significativos. Primero, la regla de la posesión; en mi época había 30 segundos y el hecho de pasar a los 24 segundos ha significado un cambio, porque hay un baloncesto mucho más rápido, con muchas más posesiones. Después, en mi época, el baloncesto no era tan físico. Un jugador sin físico, pero con cabeza, inteligencia, sobre todo la posición de base, podía jugar perfectamente. Hoy en día, dudo que un jugador sin físico pueda jugar a nivel profesional, ya sea en ACB o en Euroliga. 

Por último, estamos viendo, por eso de los 24 segundos, dos filosofías de baloncesto. Un baloncesto más tradicional, más buscando las ventajas, a 24 segundos, sin correr mucho, sin pérdidas de balón. Y otra más a ataques largos, early offense, que se suele decir en inglés, jugando en transición, jugando a muchos tiros, rebotes ofensivos, muchos tiros de tres. Esa, principalmente, es la filosofía que impera hoy en día. Los dos diferentes métodos que se dan. En mi época, el baloncesto era tradicional, a jugar a 24 o 30 segundos, con sistemas. Y hoy en día hay algunos equipos, sobre todo París y Bayern en Euroliga y Manresa, Valencia y Unicaja en la Liga ACB, que prefieren este modelo, esta filosofía de jugar rápido.

Nacho Rodríguez en la actualidad
Nacho Rodríguez en la actualidadColección personal de Nacho Rodríguez

P: ¿Qué tipo de jugador era el base Nacho Rodríguez? ¿Cómo se definiría? 

R: Bueno, era un base, sobre todo, que intentaba jugar físico, buen defensor y que intentaba jugar para los compañeros. Yo tuve, digamos, dos épocas. Antes, en Málaga, cuando estaba en Unicaja, hacía un poquito más de todo, también anotaba y asumía más responsabilidad en ataque. Y cuando llegué al Barça, pues mi rol cambió a ser un jugador de segunda unidad, de cambiar el ritmo, sobre todo defensivamente, y que tiraba, básicamente, cuando estaba sólo. Pero era un jugador que siempre se adaptaba un poco a las necesidades del equipo y de lo que marcara y quisiese el entrenador. 

P: ¿Ve algún jugador, algún base, seguramente, o escolta, en la actualidad, que le recuerde un poco a usted en la pista? 

R: Es difícil. A lo mejor algunos segundos bases que puedan dirigir más, que no estén más preocupados de anotar. Te digo que la gran mayoría de los equipos hoy en día tienen la principal cualidad, no sólo en la posición de base, sino en todas las posiciones, de tener jugadores muy físicos, y en la posición de base que pueden jugar de uno y de dos. Y se ha perdido un poco ese jugador que sabía en cada momento lo que había que hacer en la pista, que dirigía, que cuando salía un escolta tirador decidía ejecutar algún sistema para que saliera a tirar, o que veía ventajas en el poste bajo y decidía jugar en el poste bajo. Eso, digamos, que cada vez se ha perdido más. Y, de hecho, yo no veo jugadores así hoy en día ni en la Euroliga ni en la ACB.

"El subcampeonato de ACB con Unicaja y la Euroliga con el Barça son mis mejores recuerdos"

P: ¿Qué momento de su carrera como jugador recuerda con más cariño? 

R: Yo diría dos momentos. La final de ACB que jugamos en casa, en la temporada 94-95, que yo creo que fue el detonante, la semillita de lo que después ha sido Unicaja o lo que está haciendo ahora mismo, que fue un boom social y un boom deportivo en la ciudad. Era impensable que un equipo formado por nueve españoles, muchos de ellos de Málaga, y tres extranjeros, pues pudiese plantarle cara y casi ganar al Barcelona la Liga. De hecho, a partir de ahí, se construyó el Martín Carpena, el banco puso más dinero y creo que fue un gran momento en mi carrera deportiva. 

Y después, en Barcelona, evidentemente ganar la Euroliga, que es lo máximo a lo que puede aspirar un jugador a nivel de club y fue un momento también muy importante. Sobre todo cuando ves que el Barça, en toda su trayectoria, ha conseguido sólo dos y eso da más valor a aquella temporada, en la que además conseguimos el triplete. 

Nacho Rodríguez, Alzamora y Corey Brewer en un Estudiantes-Barça
Nacho Rodríguez, Alzamora y Corey Brewer en un Estudiantes-BarçaJAVIER SORIANO / AFP

P: Hablando de esa Euroliga, ¿cómo la vivió desde dentro? Ahí sí que muy claramente en aquel equipo tenía ese rol que ha mencionado más de segundo base, porque estaba Jasikevicius y además Navarro de dos, Bodiroga también la bajaba... 

R: Bueno, era un equipo con muchísimo talento, dirigido por uno de los mejores entrenadores de la historia del baloncesto europeo, como es Pesic, muy exigente. Entrenábamos muchísimo y ahí yo aprendí la filosofía de que si quieres ganar tienes que sufrir y entrenar muy duro. Es verdad que mucha gente nos decía que debíamos tener la presión de jugar en casa la Final Four, en el Palau Sant Jordi.

Pero ninguno de nosotros habíamos perdido las siete finales consecutivas a las que había llegado el Barça y esa presión, que para muchos se les puede poner en contra, por jugar al lado de nuestra gente, la llevamos hacia algo positivo, y nos llevó a defender fuerte. Jugar en casa que nos benefició, cuando a mucha gente se le puede volver en contra. Era un equipo con muchísimo talento y te puedo decir que entrenábamos muy duro y muchísimo y al final pudimos recoger la recompensa en forma de títulos.

P: Entonces esa fama del gran Svetislav Pesic, de entrenador duro, exigente, es 100% merecida. 

R: 100% merecida y fíjate su trayectoria, que hoy en día, en 2025 sigue cosechando medallas con la selección de Serbia. Yo estuve dos años con él y fue muy duro, pero al mismo tiempo recoges los resultados en forma de títulos. Yo recuerdo que llegué de la selección tarde, que estábamos jugando con la selección ese verano, el Mundial de Indianápolis, y recuerdo que ya en la pretemporada me avisaba el staff, el delegado, los compañeros… “Nacho, que aquí los entrenamientos son diferentes a lo que eran con Aíto”.

Y, efectivamente, lo eran. Yo recuerdo que los primeros días de entrenar, en la pista de atletismo en la que hacíamos series, o en el campo si nos íbamos a correr, más de un día, más de un jugador, y yo mismo, acabamos vomitando después de una sesión física, porque era otro concepto. Le daba mucha importancia al físico y hacíamos muchas sesiones de correr en el campo o de hacer series en la pista de atletismo para prepararnos para las exigencias de la competición.

P: En ese Mundial de Indianápolis, que precisamente ganó Pesic con Serbia, eliminando a Estados Unidos, España también ganó a Estados Unidos. ¿Qué recuerda a aquel partido, con Gasol y Navarro súper jóvenes? 

R: Sí, bueno, fue mi último año y fue un gran éxito. Yo llegué a la selección en el año 95 y yo creo que, con jugadores como Alberto Herreros, Alberto Angulo y Alfonso Reyes, fuimos la antesala un poco a los éxitos posteriores, de Pau, de Juan Carlos, de Felipe Reyes, de Raúl López, de Calderón. Fuimos los que pusimos un poquito esa semillita. Nosotros conseguimos la medalla de plata en el Eurobasket del 99 y la de bronce en el 2001. Además, en el 2002 quedamos quintos del mundo ganando a Estados Unidos. Ahí se veía que había un grandísimo futuro de una generación del 80 irrepetible y creo que entre todos enseñamos un poquito el camino de cómo trabajar y de la importancia que tenían el equipo y el grupo en la selección.

Nacho Rodríguez, ante Marko Jaric en el España-Serbia del Mundial de Indianápolis 2002
Nacho Rodríguez, ante Marko Jaric en el España-Serbia del Mundial de Indianápolis 2002JEFF HAYNES / AFP

"Lo de Unicaja en 1995 fue un gran movimiento social"

P: Volviendo a Unicaja, ha hecho referencia a aquella final con el no triple de Ansley, que fue un fenómeno social en aquella España. ¿Cómo lo vivió desde dentro? ¿Cómo la vio como jugador de aquel Unicaja y jugador destacado además de aquel Unicaja? 

R: Bueno, pues son momentos en los que no piensas más allá del día a día, del partido. No piensas realmente, yo creo que después te das cuenta, con el paso del tiempo, de lo que has conseguido. Llegar a cuartos de final para nosotros fue un gran éxito. En la primera eliminatoria le ganas a Estudiantes y te metes en semifinales y el equipo era un grupo de amigos muy bien entrenados por Javier Imbroda y por Pedro Ramírez. Cada uno sabía perfectamente su rol en la pista, todos nos apoyábamos y, sobre todo, éramos un grupo de amigos fuera del campo.

El gran éxito de los grandes equipos y los grandes clubes a nivel personal, y hoy en día se habla mucho de ello, es que tiene que haber una gran convivencia tanto dentro como fuera de la cancha y aquel equipo de la temporada 94-95 también entrenaba muy duro. Pero éramos muy amigos y era muy fácil ver a ocho, nueve o 10 jugadores yendo a comer o a cenar fuera y eso, quieras que no, te unía. Yo, que era de Málaga, pues imagínate cómo viví aquello, que fue un gran movimiento social como decías lo que se vivió en aquella temporada y que posibilitó la semillita de lo que es Unicaja actualmente.

"Fue muy duro decir a la familia que no fuese al partido por los insultos"

P: Posteriormente fichó por el Barcelona y en las primeras visitas de vuelta a Unicaja la afición malagueña le silbaba. ¿Cómo vive un profesional esos momentos? 

R: Bueno, quizás han sido los momentos más desagradables de mi carrera deportiva, porque yo lo he repetido hasta la saciedad. Lo que pasa que cuando hay una corriente en Málaga que no quiere ver y que piensa que tú tienes que quedarte en Málaga y que no puedes triunfar, no puedes hacer nada. Ya lo repetí que yo no me iba por un tema de dinero sino todo lo contrario, El banco, que yo me reuní con responsables no del club sino del banco, me ofrecía muchísimo más dinero, muchos más años de contrato, pero ya en aquel momento consideré que no era, bueno pues que Unicaja no estaba al nivel deportivo que yo quería.

A los tres o cuatro años ya se hizo una inversión potente y, evidentemente, pues me hubiera quedado en Málaga. Pero en aquel momento, Unicaja estaba octavo, noveno, décimo en la liga y era lo máximo a lo que podía aspirar. Yo quería intentar ver si podía competir con los mejores y por eso fiché por el Barça. Pero fue muy duro ver a mi familia y que yo le tuviese que decir al segundo año que no fuese al partido por los insultos y por lo que todo el mundo me decía. Sobre todo, el primer año que jugamos en Ciudad Jardín que era el pabellón donde yo había jugado todo el año anterior. Cuando fuimos al Martín Carpena era un poco diferente, pero la primera temporada, mi primer año volviendo a Málaga, al pabellón Ciudad Jardín, fue durísimo para mí y para mi familia.

"Bodiroga, Navarro y Jasikevicius han sido tres jugadores increíbles"

P: ¿Cuál diría o cuál recuerda que fue el mejor con el que compartió equipo? 

R: Bueno, muchos. Evidentemente por trayectorias, aunque sólo jugamos un año, Pau Gasol fue el que tuvo mejor trayectoria, pero quizás entre los jugadores que más años han estado en Europa y que han tenido más talento y que los veía hacer cosas en los entrenamientos, que nadie más hacía, han sido Bodiroga, Navarro y Saras, que han sido tres jugadores estrellas en el baloncesto europeo con muchísimo talento. Bodiroga, un ganador, un competidor, Navarro la inspiración y Saras el competir, el ganar y el talento a la hora de tirar y de jugar situaciones de pick & roll. 

P: Hablando de Bodiroga, su reputación en las finales y los momentos calientes de los partidos fue generacional. ¿Cómo los veía afrontarlos o cómo veía que asumía esas responsabilidades? 

R: Bueno, cuando Dejan llegó con nosotros ya era una estrella europea, entonces él lo vivía con una absoluta normalidad. Evidentemente, era un producto balcánico que entrenaba muchísimo, muchas horas. Su tiro, aunque parecía muy lento, era muy efectivo, pero detrás había muchísimas horas de trabajo. A mí me sorprendía la absoluta normalidad y naturalidad con la que afrontaba los partidos y sobre todo las finales, que él las vivía como si fuesen un partido más.

P: ¿Quién diría que fue el mejor jugador contra el que jugó o el mejor jugador que le tocó defender? 

R: Bueno, yo tuve una época en la que había muy buenos bases, sobre todo americanos. Yo recuerdo dos con los que tuvimos muchos enfrentamientos, porque los dos eran ganadores, competidores y jugadores físicos. Posiblemente yo me quedaría de aquella época con André Turner y con Elmer Bennett, que han sido para mí dos de los mejores jugadores de aquella época, de finales de los 90 y años 2000, del baloncesto de la liga ACB.

Eran unos duelos muy bonitos, muy físicos, con muchos contactos. Cuando yo me enfrentaba a ellos los dos intentábamos siempre que nuestro equipo ganara, pero siempre desde el máximo respeto al rival. 

Nacho Rodríguez, en su etapa en la Junta de Andalucía
Nacho Rodríguez, en su etapa en la Junta de AndalucíaColección personal de Nacho Rodríguez

P: Tras retirarse, pasó por la Junta de Andalucía como director de deportes y actividades deportivas ¿Cómo fue esa experiencia? Porque tampoco ese paso por la política no es la transición más normal para alguien que se acaba de retirar.

R: Exacto. No fue perseguido. Yo sí que tenía claro que me quería dedicar a la gestión deportiva. Mucha gente me veía por ese rol que tenía de base director, con el partido en la cabeza, con la idea de buscar ventajas, como entrenador, pero yo no me veía como entrenador. Para ser entrenador hay que tener muchísimo carácter y en determinados momentos ser un poco cabrón, entre comillas. Y yo no quería vivir eso, aparte de que, por la vida de jugador que te lleva de un sitio para otro, lo que yo quería ya era estabilizarme.

Empecé a trabajar en un patronato en Torremolinos y me llamó el consejero de deporte de la Junta de Andalucía, que estaba buscando un perfil muy determinado, que era un deportista de alto nivel con estudios. Yo había hecho la licenciatura de Educación Física en Barcelona y había hecho un máster de Gestión Deportiva, y me comentó que estaba buscando ese perfil. Y la verdad es que me convenció. Yo ni conocía la estructura de la Junta, ni conocía cómo funcionaba. Y de buenas a primeras, pasé de estar jugando en verano a, en diciembre, verme llevando un presupuesto de 150 millones de euros y casi 200 personas a mi cargo.

Pero fue un trabajo muy bonito y fue, como me dijo el consejero, un máster de vida y un máster práctico para después poderlo aplicar en mi vida laboral.