Indiana, que finiquitó la final de la Conferencia Este ante los neoyorquinos por un global de 4-2, pugnará a partir del jueves con los Oklahoma City Thunder por el primer anillo de su historia.
Los Thunder de Shai Gilgeous-Alexander, el Jugador Más Valioso (MVP) de la temporada, parten como grandes favoritosn pero no podrán descuidarse frente a unos Pacers que son el equipo revelación de estos playoffs.
En su historia, Indiana solo había alcanzado las finales en 2000, cuando cayó frente a los Lakers de O'Neal y Bryant.
Los Pacers se han ganado esta segunda oportunidad gracias a una postemporada de ensueño, a la que llegaban como cuarto cabeza de serie del Este.
De liderar el último paso se encargó el camerunés Pascal Siakam, ganador ya de un título de la NBA en 2019 con los Raptors. El ala-pívot fue el máximo anotador de la noche con 31 puntos y fue escogido como el MVP de la final del Este.
"Una dura actuación"
El base Tyrese Haliburton, el otro candidato al MVP, brilló también con 21 puntos y 13 asistencias para un plantel que encarriló el triunfo con un acelerón en el tercer cuarto.
"Estoy muy orgulloso de este grupo, ahora mismo no tengo palabras", dijo Haliburton. "Tuvimos una dura actuación en el último partido como grupo y queríamos responder", agregó.
Los visitantes habían forzado este sexto partido con un rotundo triunfo el jueves en casa y tenían esperanzas de alargar la serie al séptimo y definitivo juego ante su público del Madison Square Garden.
Pero los anfitriones, con el aliento de sus 18.000 aficionados del Gainbridge Fieldhouse, no hicieron ninguna concesión más y pusieron fin a una eliminatoria que reavivó una rivalidad entre ambas franquicias que se remonta a la década de 1990.
Los Pacers ya fueron los verdugos de los Knicks en su anterior presencia en la final del Este, también en 2000.
La popular franquicia neoyorquina, ganadora de dos anillos en 1970 y 1973, acumula 26 largos años sin pisar las Finales.
Unos Knicks agotados
Este sábado los Knicks se vieron lastrados por su desacierto en el tiro exterior, con un registro de 9/32 en triples (28,1%), y los problemas físicos de Karl-Anthony Towns.
El pívot dominicanoestadounidense, que hizo un gran esfuerzo para mantenerse en cancha, terminó con 22 tantos y 14 rebotes y el base Jalen Brunson con 19 de anotación.
La pareja que forman Towns y Brunson, que ha acaparado el peso ofensivo del equipo todo el año, no fue suficiente una vez que los Pacers pusieron una marcha adicional tras una igualada primera mitad.
Los locales abrieron el tercer cuarto con un parcial de 9-0 y aumentaron su ventaja a 15 unidades (78-63) con dos triples consecutivos de Andrew Nembhard y el pívot suplente Thomas Bryant, lo que provocó el delirio del público.
Los Knicks llegaron a recortar la desventaja a siete puntos, pero no fueron capaces de bajar de esa barrera y su entrenador, Tom Thibodeau, tiró la toalla al mandar a sus titulares al banquillo a dos minutos del final.
"Estoy orgulloso de lo que han hecho estos chicos. Tuvimos que superar muchas cosas y creo que lo hicimos bien", afirmó Thibodeau tras la derrota.