Las semifinales de conferencia de la NBA ofrecieron poco suspense, salvo en una serie: Oklahoma City Thunder contra Denver Nuggets, que llegó al séptimo partido. OKC, el mejor equipo de la temporada regular, era favorito, pero no había duda de que los campeones de 2023 iban a darlo todo. En medio de este duelo, hubo un partido dentro de otro a la espera del premio MVP: el que enfrentaba a Shai Gilgeous-Alexander y Nikola Jokić.
Aunque Aaron Gordon había sido anunciado como duda, o incluso como baja virtual, esta noche sí estuvo presente. El inicio del partido fue extremadamente ofensivo. Sorprendentemente, era Christian Braun quien tenía las claves del juego de Denver, y lo consiguió, ya que los Nuggets abrieron una temprana ventaja, con Jokić intentando desgastar a las torres gemelas de OKC en la pintura.
La diferencia llegó a superar los 10 puntos, OKC no encontraba solución, pero despertó a los locales con un alley-oop de Chet Holmgren. Fue el inicio de un buen periodo para los Thunder, pero no suficiente para recuperar toda la desventaja tras un cuarto (21-26). Pero al comienzo del segundo cuarto, OKC encadenó una racha de 8-0 para dar la vuelta al marcador, mientras que Denver se vino abajo de repente y empezó a tirar mal desde detrás del arco. El impulso se perdió.
El impacto de Alex Caruso fue crucial para los Thunder, que se pusieron por delante. A pesar de ello, no fue un gran partido en cuanto a nivel de juego. No obstante, OKC parecía tener una ligera ventaja, gracias sobre todo al despertar de Jalen Williams, y encadenó una racha de 7-0. El final de la primera parte fue totalmente favorable a los Thunder, que por fin se endurecieron en defensa. Y el impacto fue inmediato, ya que la ventaja pasó de los 10 puntos para darles una cómoda ventaja al descanso (60-46).
Denver estaba en una pendiente resbaladiza, especialmente cuando la ventaja alcanzó los 20 puntos. Iba a la deriva y sólo quedaba que OKC lo mantuviera así, defendiendo la ventaja. Además, hacían gala de la profundidad de su plantilla y daban espectáculo, sobre todo a través de Cason Wallace.
Los Nuggets parecían entonces sin aliento, impotentes ante semejante defensa. Es cierto que Nikola Jokić dio perfecta cuenta de sí mismo a pesar de su trato especial, pero a su alrededor, aparte de Christian Braun y un valiente Aaron Gordon, el equipo se hundía. Al final del tercer cuarto, todo había terminado (97-72).
Fue un último cuarto de gloria para OKC, y un adiós para los Nuggets, cuyo depósito estaba completamente vacío. David Adelman ondeó rápidamente la bandera blanca y vació su banquillo, aumentando gradualmente la ventaja hasta que Mark Daigneault hizo lo mismo durante siete (muy) largos minutos de tiempo basura. Fue un final amargo para un partido que parecía tan prometedor.
Los Thunder acabaron ganando 125-93 y ahora se enfrentarán a los Wolves en la final de la Conferencia Oeste. Fue un final decepcionante para una serie de muy alto nivel, pero "la defensa gana títulos" y OKC aplicó esta máxima al pie de la letra esta noche. Mejor aún, este batacazo sin duda ha lanzado definitivamente la búsqueda del título, y los Thunder siguen siendo los favoritos tras su espléndida temporada regular. Para los Nuggets, será un verano crucial.