5 - Walter Godefroot (1975)
El 'Bulldog flamenco' ganó tres Monumentos (Lieja-Bastogne-Lieja en 1967, el Tour de Flandes en 1968 y 1978, París-Roubaix en 1969), ganó las tres Grandes Vueltas, pero más que su maillot en 1970, fue su victoria en los Campos Elíseos su mayor logro en el Tour de Francia, ya que levantó los brazos 10 veces en la Grande Boucle.
Normalmente, siempre se recuerda al primero, pero la victoria de Walter Godefroot quedó relegada a un segundo plano aquel año, cuando el mito de Eddy Merckx fue desmentido por Bernard Thévenet.
4 - Bernard Hinault (1979)
Cuando el Tejón quería algo, normalmente lo conseguía. Ganador del Tour en 1978, dio la campanada en 1979 y, de paso, se escapó del pelotón con Joop Zoetemelk, su segundo en la general, en los Campos Elíseos.
En los adoquines de la avenida, la victoria de etapa se decidió en un esprint de dos hombres. Ya no era la Cipale, pero el espíritu de la pista seguía ahí. Con el maillot amarillo a la espalda, Hinault superó al neerlandés para ganar su séptima etapa. Zoetemelk tendría su pírrica venganza al año siguiente: lesionado en la rodilla, el francés se retiró, dejándole vía libre para ganar la carrera.
Hinault ganaría tres Tours más y volvería a imponerse en los Campos Elíseos en 1982, al esprint.
3 - Dimitri Konyshev (1991)
Este fue el último éxito soviético antes de la caída de la URSS, pero más que la identidad del ganador, fue la caída a gran velocidad de Djamolidine Abdoujaparov lo que perdurará en la memoria. Especialista en esprints kamikazes, 'El Expreso de Tashkent' estuvo acertado esta vez: sin saludar, se lanzó a la derecha de la carretera, pero chocó contra una lata promocional de Coca-Cola, emblemática de la época pero terriblemente peligrosa. Konyshev estaba en el centro del campo y no necesitó mucho para dejar su huella.
Esta enorme cucharada habría enfriado a algunos, pero no a él. El uzbeko se tomó la revancha dos veces, en 1993 y 1995.
2 - Eddy Seigneur (1994)
Los Campos Elíseos se han convertido en el campo de entrenamiento por excelencia para los velocistas. Pero en 1994, se toparon con un francés que vestía el maillot de Gan.
Cinco de ellos formaron parte de una escapada que, como es tradición, acabó siendo engullida por un pelotón que corría a más de 100 km/h. Además de Eddy Seigneur, había algunos corredores impresionantes: Frankie Andreu, Arturas Kasputis, Bo Hamburger y Jörg Müller. Con una ventaja de 40 segundos, el grupo se rompió y Andreu se escapó. En el semáforo en rojo, el corredor de Motorola estaba en cabeza. Seigneur, especialista en contrarreloj, se lanzó en la 'rue' de Rivoli. Redujo la diferencia mientras Frankie se estabilizaba. A 300 metros de la meta, el francés volvió a ponerse a rueda del estadounidense y recortó distancias para anotarse la mayor victoria de su carrera.
No fue hasta 2005 y Alexandre Vinokourov que un corredor escapado volvió a ganar en solitario.
1 - Greg LeMond (1989)
"Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno... ¡Arriba! Laurent Fignon perdió el Tour de Francia del 89, ¡Greg LeMond lo gana! Ningún francés que viera la televisión el 23 de julio de 1989 podría olvidar jamás la cuenta atrás de Patrick Chêne para la victoria del estadounidense en el Tour de Francia de 1989.
Aquel año, la Grande Boucle terminó en una contrarreloj, y Fignon se lesionó en el sillín y apenas podía sentarse en la bicicleta. Con la adrenalina a tope, se olvidó del dolor y marcó el mejor tiempo de su carrera. No fue suficiente para batir al californiano y a su manillar Scott, que le proporcionó un apoyo extra, ideal con su 55x12. El mismo manillar que a Fignon se le había prohibido utilizar en el Giro unos meses antes, prueba que no obstante ganó, porque el helicóptero de la RAI no siempre puede hacerlo todo...
Laurent partía con 51 segundos de ventaja, pero cruzó la meta con 59 segundos de retraso. A pesar de sus dos títulos, el primero en 1983, cuando participaba por primera vez, será recordado cruelmente como el hombre que perdió el Tour. Sin embargo, hacía mucho tiempo que un francés no se permitía el lujo de "perder el Tour"...