Y eso que el día había discurrido con tranquilidad, sin escapadas ni ataques, hasta el punto de que el jurado del premio de la combatividad optó, excepcionalmente, por no conceder su premio.
Una calma después de dos primeras etapas agitadas que no tardaría en romperse. Las caídas sembraron el caos en la segunda mitad del día.
"Todo el mundo estaba fresco al final y muchos veían la oportunidad de ganar", resumió el maillot amarillo, Mathieu van der Poel, "feliz de haber podido permanecer sobre la bicicleta", pero "desganado" por su amigo y compañero Philipsen, víctima de una fractura de clavícula y de al menos una costilla.
El belga, que portaba la camiseta verde de la regularidad, se fue al suelo según se acercaba el esprint intermedio a 60 kilómetros para la meta.
El velocista del Alpecin, primer líder de la carrera tras su triunfo el sábado en Lille, fue trasladado al hospital con daños visibles en los hombros.
"Presión máxima"
Otro velocista belga, Jordi Meeus, vencedor del esprint en los Campos Elíseos el año pasado, también se fue al suelo, acompañado de uno de los favoritos al podio, Remco Evenepoel, que no sufrió daños significativos, según informó su equipo, el Soudal Quick-Step.
"Hoy hemos corrido en el infierno", reaccionó el esprínter Biniam Girmay. "Cada vez que oía un golpe por detrás, el corazón se me ponía a 300 pulsaciones por minuto. Se iba muy rápido. En un momento dado incluso pensé en detenerme. Fue muy duro", agregó el ciclista eritreo.
Aunque las caídas son el pan de cada día de los corredores, ahora parecen estar tomando un protagonismo inesperado. Las velocidades cada vez más altas, la presión del resultado, la ordenación urbana y la agresividad de algunos ciclistas figuran entre los motivos más señalados.
"La presión es máxima en el Tour, todos los equipos quieren ganar", indicó Merlier.
"Foto finish"
"Con el viento de cara es más fácil remontar desde atrás y eso animó a muchos corredores a intentarlo", añadió Van der Poel.
En medio de todo eso, la victoria de Tim pasó casi a un segundo plano. El belga, privado de compañeros, estuvo impresionante para valérselas por sí mismo y superar al italiano Jonathan Milan en la "foto finish".
"No hay nadie mejor que él en el caos, tiene mucha experiencia y sabe encontrar su camino en medio de la tormenta", lo alabó su director deportivo en el Soudal Quick-Step, Tom Steels.
T. Merlier, de 31 años, cosechó la segunda victoria de su carrera en el Tour, después de la lograda en 2021.
"Hoy la prioridad era permanecer en pie. Tuve que hacer muchísimos esfuerzos para regresar (a la parte delantera). Afortunadamente me quedaba aún un poco de energía para ganar", declaró Merlier tras su 11ª victoria de la temporada.
Sólo Tadej Pogacar ha levantado los brazos más veces este año.
El esloveno y su rival danés Jonas Vingegaard libraron sin daños el campo de minas de Dunkerque.