El duelo entre el Palermo y el Manchester City estuvo a la altura de las expectativas. Una gran afluencia de público -con casi 35.000 espectadores presentes-, goles y espectáculo sobre el terreno de juego, especialmente por parte de los ingleses, y una buena prueba para la alineación de Pippo Inzaghi a pesar de la diferencia técnica.
Al final, el equipo comandado por Pep Guardiola se impuso por 0-3 en un duelo que tenía un claro tinte familiar (ambos clubes forman parte del City Football Group) y que se enmarca en el primer Trofeo Anglo-Palermitano, evento para celebrar los 125 años de historia del club rosanero.
Dedicatoria musical
La previa del partido fue espectacular, con tres canciones cantadas en el centro del campo por Rose Villain, y una coreografía de la Curva Norte, al ritmo de 'Live Forever' de Oasis, dedicada a los hermanos Gallagher como hinchas del Palermo.
El buen inicio de los anfitriones, espoleados por el público, no fue suficiente para poner en apuros al City, que, tras un comienzo lento, empezó a moverse bien y a dominar el campo.
El capitán de los ingleses, Erling Haaland, adelantó a los suyos en el minuto 25 con un disparo que dejó sin opciones a Alfred Gomis en la portería del Palermo.
El conjunto local, teniendo en cuenta la calidad de su rival, trató de jugar al máximo, intentando no conceder espacios. Esto tuvo éxito durante el resto de la primera parte, pero en la segunda hincaron la rodilla dos veces más.
Reijnders decisivo
Los de la Premier, reforzados por los cambios -10 jugadores nuevos en la segunda parte- doblaron el marcador por medio de Tijjani Reijnders. El ex del AC Milan hizo el 0-2 en el minuto 59 y luego cerró la cuenta en el 82' para hacer el 0-3 definitivo.
El centrocampista neerlandés también tuvo la oportunidad de anotar un hat-trick al filo del descanso, pero perdió el tiempo para acercarse a la portería tras eludir al guardameta rival.
Para el equipo de Inzaghi, sin embargo, fue una prueba importante de cara a su compromiso copero del próximo sábado ante el Cremonese. El mismo día, los pupilos de Pep comienzan la Premier League en el campo del Wolverhampton.