Antes de la salida, prevista para las 18 horas CET, se confirmó que Leclerc no correría el esprint por haber golpeado su Ferrari contra el muro tras salir del box mientras llovía con muchísima intensidad. No les dio tiempo a los mecánicos a arreglar los desperfectos y se quedó sin participar. Y luego, mientras todos en la parrilla eligieron neumáticos intermedios, Carlos Sainz, 15º, se la jugó con los de lluvia extrema. El problema para el de Williams es que la visibilidad era nula y tras un par de giros detrás del coche de seguridad, los comisarios sacaron bandera roja y suspendieron la salida.
Para cuando decidieron que se reanudara, más de media hora después y sin más agua cayendo del cielo, todos salieron con intermedios. De las 18 vueltas previstas, se disputarían realmente 15 al descontar las dadas detrás del safety. Preparados ya para el espectáculo, Antonelli no pudo defender la pole ante la buena arrancada de Piastri, se fue por el exterior y cayó a la cuarta plaza. Alonso y Sainz ganaron un puesto, octavo y 13º.
Aburrimiento hasta que...
La carrera continuaba sin adelantamientos. Sólo Sainz y Ocon se pasaban el uno al otro. La única emoción, ver cómo la pista se iba secando y si alguno se arriesgaba a calzar las gomas secas. Fue Tsunoda el conejillo de indias. También se habilitó a siete vueltas del final el DRS. Y entonces todo cambió.
Los tiempos del japonés de Red Bull eran ya brutales, lo que hizo que copiaran la estrategia Hamilton, Stroll y Sainz. El madrileño se accidentó poco después, pinchó y se retiró. Verstappen también entró a boxes, pero lo sacaron tan rápido que se comió a Antonelli. Sanción para el neerlandés por culpa de su equipo. Por delante, Piastri sufría el acoso de Norris, y lo llamaron a poner neumáticos secos. Y entonces llegó Lawson y jugó otra vez a los coches choque llevándose por delante a Alonso, al que le destrozó el coche y sus opciones de puntuar. Un grave accidente que debería costar una sanción enorme para el neozelandés, que es reincidente.
Quedaban tres vueltas, pero realmente la carrera terminó ahí, detrás del coche de seguridad y con Norris en primera posición, escoltado en el podio por Piastri y Hamilton.