La lluvia y el asfalto mojado es lo que tienen. Que cuando menos te lo esperas, el mínimo error te penaliza una barbaridad. Y no hace excepciones, ni siquiera con el líder absoluto del Mundial, Marc Márquez, que se fue largo en la primera curva y perdió cuatro posiciones, dejando el liderato de la prueba a Bezzecchi. Sin perder la estela de los de delante, el de Ducati se lo tomó con calma, pensando más en la general: su hermano, recién operado del dedo índice, marchaba por detrás sufriendo mucho, como un Pecco Bagnaia irreconocible, fuera de los puntos.
Mientras Marc no arriesgaba, el que sí lo hacía, colocado en segunda posición, era Morbidelli, que dio un enorme susto con su fortísima caída, rebotando varias veces contra el suelo e incluso rompiendo su mono y el carenado de su moto.
Tras el accidente, Márquez no tardó en adelantar a Di Giannantonio para colocarse en el podio e ir abriendo hueco. También lo hizo Pedro Acosta con el italiano, pero el murciano, cuando era cuarto, perdió el control de su montura superado ya el ecuador del esprint y cayó a las últimas posiciones. El ilerdense, sin embargo, siguió a lo suyo y cazó y superó a Quartararo a siete vueltas del final. El único que tenía por delante ya era Bezzecchi, a segundo y medio.
Llegó a echarse encima, pero el de Aprilia pareció aguantar la presión... hasta que en la última vuelta Márquez le metió la moto para quitarle la victoria y ampliar su dominio incontestable después de una remontada sensacional. Quartararo les acompañó en el cajón de ganadores.
Álex Márquez, segundo en el Mundial, fue octavo, y Pecco Bagnaia, 12º.