Muchos aficionados invadieron el césped tras la victoria del Manchester City 3-2 frente al Aston Villa, un triunfo que le permitió conquistar el título con un punto de ventaja sobre el Liverpool.
El portero del Aston Villa, Robin Olsen, fue agredido y una de las porterías se partió debido al peso de los espectadores que se subieron.
El City fue sentenciado culpable por la FA por "falta a la hora de asegurar que los espectadores se fueran de manera ordenada y recurrieran a un comportamiento amenazante y violento, invadiendo el terreno tras el pitido final".
La situación se reprodujo en otros campos de Inglaterra en las últimas semanas de la temporada 2021/2022.
El Everton recibió en septiembre una multa de 341.000 euros por hechos similares.