Centro de datos del Málaga-Betis
Apenas un minuto de juego había transcurrido cuando el encuentro se tuvo que interrumpir para atender a un espectador que había entrado en parada cardiorrespitaroria. Tras casi 20 minutos de atención médica, los médicos pudieron reanimarlo y estabilizarlo para trasladarlo al hospital.
Una vez superado el susto, el equipo de Primera parecía el Málaga, que le puso más ganas, más energía y más ímpetu. En una acción con más fuerza de la debida para un amistoso, Isco, el hijo pródigo que regresaba a Martiricos, salió tocado. Fue al filo del descanso y ya no salió al campo para recibir la segura ovación de sus paisanos. Amarga vuelta del genio de Arroyo de la Miel, que nunca tiene suerte en sus regresos. En éste, acabó en muletas yéndose del estadio.
Quien sí se divirtió, y de lo lindo, fue David Larrubia. El 10 blanquiazul, internacional sub19 con España, se lució con sus regates, conducción de balón, amagos y dos goles. Si a su repertorio de clase con su zurda le añade el acierto en los remates, va para crack. Su primer gol llegó en el minuto 25 sorprendiendo desde atrás, metiéndose entre los dos centrales y batiendo a Pau López, al que no dio opción alguna. La asistencia de Carlos Dotor, magnífica no, lo siguiente.
Sin ovación para Isco, sí se la llevaron Pellegrini y Fornals.
Tras el descanso, la segunda mitad comenzó con una ovación a Pellegrini, el que fuera entrenador de aquellos tiempos de Champions. El chileno, que tiene una rotonda con su nombre cerca de La Rosaleda, devolvió el cariño que es mutuo. Pero ese fue su único momento de felicidad en el partido. Porque a los dos minutos Larrubia anotó el 2-0 cocinándolo él solito. Y otros dos después, Chupete se reivindicó con el 3-0.
El Betis intentó luchar contra un rival muy subido entre los olés de su afición. Los cambios, se fue Pablo Fornals, otro ex del Málaga que se fue entre aplausos, le dieron un poco de agresividad, confundida a ratos por Cucho Hernández y por Chimy Ávila, quienes se picaron en más de una ocasión con rivales. Al menos, Cucho se fue con la satisfacción de haber marcado un gol, el 3-1 que ya sería definitivo.