Lo que debía ser una gran fiesta con el regreso de Isco, Manuel Pellegrini y Pablo Fornals, entre otros, a Málaga, casi se tornó en tragedia cuando no se habían jugado aún dos minutos. Isco se disponía a lanzar un saque de esquina cuando el árbitro paró el partido señalando la parte superior de esa grada, donde un aficionado estaba sufriendo un problema de salud.
A partir de ahí, 20 minutos parado el encuentro y con las miradas centradas en la atención médica que se le estaba prestando al seguidor. Preocupación máxima cuando mandaron evacuar esa zona para que nada ni nadie molestase a los médicos. Por fortuna, estos pudieron estabilizarlo para poder trasladarlo con mayor seguridad al hospital.
"Las asistencias sanitarias han estabilizado a un aficionado -varón de mediana edad- que se encontraba en parada cardiorespiratoria en las gradas de La Rosaleda, por este motivo se ha detenido el encuentro. El aficionado, que ha reaccionado y tiene pulso, ha sido evacuado a dependencias hospitalarias", explicó el Málaga unos minutos después de que el encuentro se reanudara.