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FlashFocus: Así ha conseguido derrocar el Sturm Graz al todopoderoso Salzburgo

El Sturm Graz destronó al Salzburgo en la liga austriaca y venció al Leipzig en la Liga de Campeones.
El Sturm Graz destronó al Salzburgo en la liga austriaca y venció al Leipzig en la Liga de Campeones.ERWIN SCHERIAU / APA / AFP / Profimedia / Flashscore
Durante muchos años, la Bundesliga austriaca fue una competición de un solo club. El Salzburgo era el equipo hegemónico, y sus ricos propietarios no daban esperanzas a ningún otro aspirante. Hasta la temporada pasada, cuando irrumpió el Sturm Graz. ¿De dónde viene el repentino éxito del club de Estiria y por qué se teme por su futuro?

Cada vez que gana un título, se produce un declive. Por eso, en estos momentos los seguidores del Sturm Graz se preguntan si realmente se atisban tiempos mejores o si deben esperar otra racha complicada.

Ivica Osim construyó un gran equipo en 2000 y está considerado una leyenda. El Sturm ganó el título con él a finales de los 90 y el tridente formado por Mario Haas, Ivica Vastic y Hannes Reinmayr sigue siendo recordado por los seguidores de los blanquinegros.

Lo que vino después es algo que preferirían borrar de sus recuerdos. Los buenos tiempos no han sido revertidos por el entonces presidente Hannes Kartnig. Acabó entre rejas por evasión de impuestos. El club se tambaleó. Entró en bancarrota, amenazado de quiebra.

Pareció volver en 2011, cuando ganó el campeonato. El año anterior había ganado incluso la Copa, pero en su lugar llegó el dominio del Salzburgo, que duró 10 largos años.

Hay debates sobre el porqué del término Sturm (traducido como tormenta) en el nombre del club, sin una conclusión clara. Una historia dice que el día de la fundación del club, una nube envolvió Graz y la marca futbolística se creó bajo truenos y relámpagos. Qué simbólico. Quién si no iba a dispersar la hegemonía de Salzburgo sino una nube como Dios manda.

El Sturm empezó a recuperarse poco a poco. Como se hace antes de una tormenta. Del octavo puesto de la temporada 2018/19, subió al segundo (2022, 2023). Pero en la temporada 2023/24, el huracán ya había llegado y barrió al Red Bull Salzburgo de su trono. El título de campeón se celebró en Graz después de 13 años, y se alcanzó la fase de grupos de la Liga de Campeones por primera vez en 24 años. Además, los pupilos del entrenador Christian Ilzer lograron ganar la Copa de Austria. El guardameta checo Vítězslav Jaroš, que llegó al club procedente del Liverpool como medida de emergencia, se encargó de todo en la portería.

"En ninguna otra liga europea hay una diferencia económica tan grande entre un club y el resto de la competición como en Austria. Pero en los últimos años hemos demostrado que podemos igualarles con mucho menos dinero", declaró el director deportivo Andreas Schicker.

En la actualidad, tanto Schicker como Ilzer ya no trabajan en el club. Ambos se marcharon al Hoffenheim durante la temporada. Sin embargo, su puño y letra permanecerán durante mucho tiempo en el renacimiento del tradicional club austriaco.

Gran parte del mérito es del presidente Christian Jauk, que llegó al club en 2012 y vio en directo el dominio del Salzburgo. Cuatro años después, una nueva estrategia empezó a surtir efecto en el Sturm. El club se centró en la búsqueda de jugadores. Invirtió en el departamento de ojeadores y pretendía generar beneficios en el mercado de fichajes, pero al mismo tiempo no debilitar sensiblemente la plantilla.

Durante los primeros cuatro años, el departamento deportivo estuvo dirigido por el ex portero Günter Kreissl. Sin embargo, en 2020 fue sustituido como director deportivo por Andreas Schicker, hasta entonces jefe de ojeadores. El Stürm empezó a florecer bajo el mando del único entrenador de 34 años. El hombre cuya carrera terminó con una grave lesión cuando perdió el brazo mientras manipulaba fuegos artificiales se ha asegurado que el Stürm vuelva a ser un club respetado en Austria.

El scouting de calidad se ha convertido en el alfa y el omega de la plantilla. Tras asumir el cargo, Schicker se deshizo de 13 jugadores de la plantilla original y comenzó un proceso de reconstrucción masiva. El Sturm buscaba de nuevo jugadores jóvenes, a los que veía potencial comercial. Sin embargo, ya no sólo buscaba en sus propias filas o dentro del país, sino que cada vez más exploraba en el extranjero. Los resultados no tardaron en llegar. El valor estimado de los jugadores ha pasado de los 28 millones de euros iniciales a los 69 millones actuales a partir del verano de 2020. Al mismo tiempo, el club no deja de vender a sus mejores jugadores.

En el proceso de selección, el departamento deportivo hizo hincapié en el carácter y la mentalidad, que Schicker describió con el ejemplo de Rasmus Hojlund. El delantero danés pasó apuros en el Copenhague. Ya había debutado a los 17 años, pero no logró despuntar. El Sturm, sin embargo, vio en él una gran oportunidad. El conjunto danés pagó 1,9 millones de euros y compró al delantero en enero de 2022.

En agosto de ese año, Hojlund se marchó a la Atalanta por 20 millones de euros, para fichar un año después por el Manchester United por 70 millones. "Pero todo vino precedido de muchas llamadas. Estuvimos en contacto no sólo con él y con el club, sino también con su familia. El carácter de Rasmus era asombroso. Era increíblemente fuerte mentalmente para su edad", describió Schicker.

Pero Hojlund no fue la única obra maestra del talentoso director.

Trajo y vendió con beneficio al delantero Emanuel Emegha (Estrasburgo, 13 millones). Del mismo modo, se marcharon Kelvin Yeboah (Génova, 6,5 millones) o Alexander Prass (Hoffenheim, 9,5 millones). La última gran operación fue la del delantero Mika Biereth, que el Sturm compró al Arsenal por nueve millones y vendió por 13 al Mónaco este invierno.

"Nuestro objetivo era construir un equipo que tuviera éxito y que se basara en unos pocos jugadores experimentados y que a su alrededor hubiera jóvenes prometedores que mejoraran y pidieran otro traspaso para subir un escalón", relató Schicker a la BBC. "Para que funcione tienes que encontrar un equilibrio entre los resultados, la clasificación para las copas de Europa y el desarrollo de los talentos que quieres vender".

En palabras del técnico de 38 años, su trabajo en el Graz se vio considerablemente facilitado por la estrategia del club, que todo el mundo respetaba. "Nuestra ventaja es que, cuando decidimos buscar jugadores, ya habíamos definido de antemano a quién buscábamos. En otras palabras, en cada posición habíamos establecido lo que exigíamos de un jugador para que encajara en nuestro fútbol y seguimos teniendo éxito. Cuando buscas en un mar inmenso de jugadores, te facilita mucho el trabajo".

El entrenador Christian Ilzer también tuvo algo que ver en el éxito. Implantó en el Sturm un estilo físicamente exigente que, en cierto modo, seguía el del Salzburgo. El equipo trabajaba la presión, la energía era evidente en su juego, y en el panorama nacional, a otros rivales les resultaba difícil igualar la intensidad del Sturm. Incluso se llegó a comparar los principios de Ilzer con los del Bayer Leverkusen de Xabi Alonso.

Si a eso añadimos que el Salzburgo había dejado de ser una prioridad a ojos de la comunidad mundial tras la muerte del fundador de Red Bull, Dietrich Mateschitz, y se había convertido más bien en un subalterno para el Leipzig, Schicker e Ilzer sintieron la oportunidad perfecta para asaltar los escalones más altos.

Desde que Schicker asumió el cargo de director, el Sturm ha comprado jugadores por valor de 29 millones de euros y los ha vendido por 69 millones, obteniendo un beneficio de casi 40 millones. En el mismo periodo, el Salzburgo ha obtenido un beneficio de 200 millones... No en vano se dijo de Schicker que era el mejor entrenador de Austria después de que Christoph Freund dejara el Salzburgo por el Bayern Múnich.

Aunque por fuera el Sturm parece un club bien gestionado y dotado de recursos, no todo es ideal por dentro. La entidad sigue pasando apuros económicos. Aunque vende jugadores y ha participado activamente en competiciones europeas, paga costes elevados. Por ejemplo, el estadio, que no es de su propiedad y los aficionados sueñan con tener, ya que lo comparte con el rival de la ciudad, el GAK Graz, y ni siquiera satisface las necesidades de la Liga de Campeones, por lo que el club juega en Klagenfurt, a 150 kilómetros.

Se espera que la venta de jugadores aporte fondos para que el Sturm pueda permitirse construir su propio estadio. Sin embargo, el año pasado, una vez deducidos reembolsos, impuestos y deudas varias, el beneficio neto fue de unos 30.000 euros.

Además, el timón del club ya no está bajo la dirección del dúo Schicker e Ilzer, que no pudieron resistirse al atractivo de la Bundesliga alemana. El Hoffenheim, que hizo grandes cambios en el departamento deportivo la temporada pasada, ya había preguntado por sus servicios.

El dúo de Graz se negó durante muchos meses. Pero en otoño, ambas partes ya habían llegado a un compromiso y los hombres que consiguieron que el Sturm se adelantara al Salzburgo tomaron rumbo a Alemania. Incluso sin su presencia, el club lidera la liga austriaca con tres puntos de ventaja sobre el Austria Viena. En la Liga de Campeones, sumó seis puntos y venció al Leipzig al final de la fase liga para acabar en el puesto 30.

El futuro descansa sobre los hombros del director deportivo Michael Parensen y del entrenador Jürgen Säumel. Mientras el primero, que ya trabajó en el Unión Berlín, sigue a Schicker en el mercado de fichajes, el ex futbolista profesional intenta reeducar al Sturm en un estilo de juego ligeramente distinto al que le reportó grandes éxitos con Ilzer. Practica más el control y la posesión del balón, mientras que Ilzer exigía a los jugadores jugar en vertical y asumir riesgos.

Los aficionados están nerviosos por ver qué significará esto para el club en un futuro próximo. ¿Ha terminado otra era de éxitos, o se ha consolidado el Sturm como nuevo rival del Salzburgo? La verdad sólo se sabrá en los próximos meses, quizá incluso años.