Cuando parecía que las aguas entre Xabi Alonso (44) y Vinicius (25) se calmaban, llegó la visita a Talavera para abrir un nuevo episodio del desencuentro entre el técnico y el de Río de Janeiro.
Sobre el papel, el tolosarra no hizo nada raro, pero leyendo entre líneas se aprecia que, salvo problemas físicos no comunicados, el técnico tuvo un nuevo y feo desplante con el extremo.
Prácticamente todo el mundo daba por hecho que Mbappé sería titular para buscar acercarse a su meta de superar el récord de goles de Cristiano Ronaldo en un año natural. Y así fue. Pero el resto de estrellas se quedaron en el banquillo, como era de esperar en un duelo contra un Primera RFEF.
Sin embargo, las alarmas saltaron al momento de realizar los cambios... Xabi dio entrada a Rodrygo y, poco después, a Bellingham y Tchouaméni. Mientras tanto, las cámaras de televisión enfocaban a un Vini cuyo rictus iba empeorando por momentos, hasta el punto de taparse con varios abrigos para evitar dar rienda suelta a su fuerte carácter.
La puntilla la puso el preparador vasco en la última sustitución, cuando el partido pendía de un hilo y prefirió hacer debutar a Cestero (que no tenía culpa de nada) antes que darle unos minutos al '7'.
Mensaje claro
Alonso suma los movimientos ante el Talavera a otros episodios protagonizados esta temporada como el de El Clásico. Tal vez el vasco no grite a los cuatro vientos como hace Vinicius cuando está descontento, pero transmite a su modo que para él, el extremo no es una de las estrellas de la plantilla.
Ello nos conduce a preguntarnos lo siguiente: ¿tiene Xabi algún problema con Vini más allá de lo deportivo?

