El Real Madrid ha salido escaldado de la final de la Copa del Rey, que comenzó con una guerra contra los árbitros y que acabó de la peor manera, perdiendo ante su eterno rival el título y con varios jugadores expulsados y fuera de sí. Las consecuencias de esas protestas y acciones agresivas contra los colegiados han llegado ahora en forma de sanciones.
El Juez Disciplinario ha resuelto imponer, como se esperaba, un severo castigo a Rüdiger, que consiste en una sanción de seis encuentros de suspensión por "producirse con violencia leve hacia los/as árbitros/as, con multa/s accesoria/as en aplicación del artículo 52 CD.. (Artículo: 101)". Y ello por lanzar un objeto al árbitro que no llegó a darle, así como por tener que ser sujetado para que no se abalanzara sobre él.
En el club blanco alegaron que el jugador pidió disculpas a través de las redes sociales, pero es algo que no han tenido en cuenta como arrepentimiento espontáneo, pues hubo declaraciones posteriores al encuentro en las que pedía perdón a sus compañeros y a la afición, pero no al colegiado. Le podían haber caído, por ser considerada una infracción grave, de cuatro a 12 partidos de sanción. Finalmente se ha quedado en los citados seis.
Eso sí, la mayoría de esos encuentros, cinco, los cumplirá estando lesionado, pues ha sido operado este martes del menisco externo y no volverá a jugar en Liga este curso.
En el caso de Lucas Vázquez, le han caído otros dos partidos "por protestas al/a la árbitro/a, principal, asistente o cuarto árbitro/a, con multa/s accesoria/as en aplicación del artículo 52 CD.. (Artículo: 127)".
Bellingham, exculpado
La única nota positiva para los blancos es que a Bellingham, tras las alegaciones presentadas, se le ha retirado la tarjeta roja que se le mostró. "Se acuerda dejar sin efectos disciplinarios la amonestación mostrada a la finalización del encuentro al jugador D. Jude Victor William Bellingham", señala el Juez una vez vista la prueba videográfica que desmiente el acta arbitral, y en la que se aprecia que el centrocampista inglés estaba a unos 15 metros de los colegiados y para nada en una actitud amenazante.
"Las imágenes aportadas acreditan una realidad distinta a la relatada en el acta arbitral ya que ni hay proximidad al colegiado, ni se observa una actitud agresiva, ni puede apreciarse que lo sujetaran sus compañeros para evitar una acción agresiva dirigida al árbitro, que es lo que explícitamente indica el acta, en la que no se refleja nada más", argumenta el Juez Disciplinario para quitarle la roja.