Minuto 102, Parc Saint-Jacques, Basilea. Durante unos segundos, los aficionados alemanes y franceses enmudecieron, presionados por una arriesgada jugada defensiva de Janina Minge. La experimentada central acababa de rematar de cabeza tras un centro de Sakina Karchaoui, a punto de batir a su propia portera. Pero entonces sucedió lo impensable: Ann-Katrin Berger se apartó de su línea, dio unos pasos y voló para rechazar un balón que se dirigía a su escuadra. Las francesas pensaron que habían marcado un milagroso gol en propia meta en la prórroga. La guardameta alemana decidió lo contrario y fue vital para que las suyas se clasificaran para la siguiente ronda de la Euro, en donde se enfrentarán a España.
Fue una parada tan memorable, de hecho, que Charlotte Harpur, de The Athletic, atónita a nuestra izquierda en el palco de prensa, escribió: "No existe la mejor parada de todos los tiempos (...), pero Berger ya forma parte de esa conversación". Contra Francia, Berger realizó un total de 9 paradas y detuvo dos intentos de penal a continuación, para disgusto de Les Bleues a pesar de estar en inferioridad numérica desde el minuto 14 y de la expulsión de Kathrin Hendrich. Se llevó el premio a la Jugadora del Partido.
No soy una persona muy emocional", se limitó a decir en la rueda de prensa. Simplemente estoy contenta y orgullosa de estar aquí, de estar en este equipo". Cuando sonó el pitido final, los productores de la competición decidieron filmarla en primer plano, y Berger aprovechó la ocasión para rendir un rápido homenaje a su abuelo, que acababa de cumplir 92 años. Pero enseguida se enfadó y pidió al cámara que filmara al resto del equipo celebrándolo con los aficionados: "Oye, filma también al equipo, no sólo a mí. El equipo es igual de importante".
Una fuerza silenciosa para canalizar a los jóvenes talentos
La guardameta de 34 años, que juega en el Gotham de la liga femenina estadounidense, cree que "sólo estaba haciendo su trabajo", a pesar de haber realizado algunas paradas decisivas en las tandas de penales. Es una fuerza silenciosa, capaz de calmar a jugadoras jóvenes como Jule Brand, llena de energía durante 120 minutos, o Sjoeke Nüsken, que marcó el gol del empate y lo celebró como una lombriz con el pitido final. "Es tan tranquila, tan inteligente. Sabía que pararía los penales", declaró después a la zona mixta, mientras que la extremo Klara Bühl la describió como "el pilar de la serenidad en el equipo", con su "extraordinaria experiencia vital".
Una serenidad y una relatividad que Ann-Katrin Berger extrae, en efecto, de una vida nada evidente. En 2017, mientras jugaba en el Birmingham City, se le diagnosticó su primer caso de cáncer de tiroides. Tras un rápido regreso a los terrenos de juego seis meses después, Berger recayó a finales de agosto de 2022, cuando acababa de pasar el verano en el banquillo de la DFB durante una Eurocopa en la que Alemania no pudo alcanzar la final contra Inglaterra (2-1).
Su historia con la ocho veces campeona de Europa dista mucho de ser sencilla: la jugadora, que creció jugando como delantera y centrocampista antes de asentarse en la portería a los 16 años porque "le daba pereza correr", esperó hasta los 27 años y fue traspasada al Chelsea para vestir por primera vez la camiseta alemana. Tras su primera convocatoria en un partido de clasificación para la Eurocopa 2022 contra Irlanda, aprovechó la histórica eliminación de Alemania en la fase de grupos del Mundial 2023 para ser ascendida al número uno y ocupar el puesto de Merle Frohms.
Heroína de los Juegos Olímpicos de 2024
Titular en los Juegos Olímpicos, donde la DFB acabó tercera, Berger jugó los seis partidos e incluso marcó un gol de penalti tras detener dos contra Canadá en cuartos de final (0-0, tab 4-2). Incluso detuvo un penal en el minuto 90 a Alexia Putellas en el partido por el tercer puesto que ayudó a Alemania a conquistar el bronce. Un recuerdo desagradable para la ganadora del Balón de Oro español, que el miércoles volverá a enfrentarse al "muro alemán" en semifinales.
Pero aunque Berger se ha consolidado como la guardameta titular indiscutible de Alemania, y fue reforzada por Christian Wück cuando éste se hizo cargo de la selección en agosto de 2024, la portera de 34 años estuvo a punto de verse en el banquillo tras un caótico comienzo de la Eurocopa 2025. La guardameta alemana realizó tres paradas en toda regla contra una Suecia que no necesitaba ningún favor, y que ganaba 3-1 al descanso, pero su seleccionador la despidió, insistiendo en que Alemania "no duraría mucho" en la competición si seguía regateando en su área.
Un comienzo de Eurocopa complicado
Por decirlo amablemente, no me interesan los que critican de una manera u otra fuera del campo de fútbol", respondió Ann-Katrin Berger a sus detractores, contenta de que esta mala racha le hubiera ocurrido "ahora y no en cuartos de final". Soy muy crítica por naturaleza, así que no necesito oír críticas de alguien que nunca ha estado en la portería".
Después de su actuación estelar contra las Bleues, ha llegado el momento de los elogios y no de las críticas. La guardameta de 34 años, que sólo ha sido internacional en 26 ocasiones, ha recibido incluso los elogios del legendario Lothar Matthäus, capitán de la selección alemana campeona del mundo en 1990, quien considera que Berger tiene "la calidad y la ambición necesarias para llevar al equipo a un gran logro".
La guardameta, por su parte, sueña al menos con llegar a la final, como en 2022, por motivos muy personales: "Mi abuelo cumplió 92 años hace unos días. Mi motivación es llevarle a la final". Él decía que los cuartos de final y las semifinales no merecen la pena". Una final en la que también podría enfrentarse a su compañera, la inglesa Jess Carter, si ambas llegan a la final de Basilea.