Minuto 119, estadio de Ginebra. Inglaterra, que ya había remontado gracias a un gol en el minuto 95 de la joven Michelle Agyemang al final del tiempo reglamentario, tuvo la oportunidad de completar su remontada gracias a un penalti controvertido cometido sobre Beth Mead en un mano a mano con Emma Severini.
Tras interrogar a Sarina Wiegman sobre si sería Alex Greenwood o Chloe Kelly la encargada de lanzar este último y decisivo lanzamiento, la número 18 inglesa, que había tenido un comienzo fantasmagórico hasta el momento, se hizo con el balón. "Tengo confianza", explicó a la defensora, que había fallado su lanzamiento desde el punto fatídico contra Suecia.
"No debía haber lanzado así el penalti"
¿Demasiada confianza? Tras su tradicional carrera con la rodilla izquierda en el aire, su penalti a medias desde la derecha de Laura Giuliani fue detenido inicialmente por la guardameta italiana. Sin embargo, Kelly se rehízo y marcó en el segundo intento. "Ese penalti no tenía que haberlo lanzado así", admitió en la rueda de prensa posterior, con el premio a la mejor jugadora del partido bajo el codo. "Pero estaba lista para el rechace, y estoy dispuesta a aprovechar todas las oportunidades que se me presenten con la camiseta de Inglaterra".
Ante un estadio ginebrino que apoyaba a Inglaterra en un 90%, la delantera se permitió tomar el pelo a las italianoas, que llevaban tiempo creyendo que llegarían a la final de esta Eurocopa 2025. Tras una tranquila celebración con el resto del equipo, Chloe Kelly se divirtió con el poste de córner, como Thierry Henry en su día.
Dos imágenes icónicas más que añadir a su haber, pues ya había dejado huella en 2022 cuando marcó el gol del 2-1 en el minuto 110 de la final de la Eurocopa contra Alemania y lo celebró quitándose la camiseta y agitándola por encima de su cabeza mientras se paseaba por el estadio en sujetador.
Mejor bajo presión
"Se luce en estos momentos", sonrió Sarina Wiegman en la rueda de prensa. "Le encanta, ¡como pueden ver!".Cuando se le pregunta de dónde saca su inquebrantable confianza, Kelly sonríe: "¡De mí misma! Antes de añadir: "Creo que la confianza también viene de la gente que la rodea. Las jugadoras con las que jugamos en el campo nos dan confianza entre nosotras".
"Chloe es todo actitud, nervio y confianza", afirma Lucy Bronze, su antigua compañera en el Manchester City. "Cuando salta al campo, sea cual sea el momento, sus sensaciones o el público, se levanta, saca pecho y va a por todas. Tiene una actitud y una confianza que no se pueden comprar. No ha sido titular en ningún partido, pero cada vez que ha entrado ha marcado la diferencia. Es una de esas jugadoras que quieres en tu equipo y no contra ti".
Con ese gol, Chloe Kelly metió a Inglaterra en su tercera final consecutiva de un gran torneo. Sin embargo, la delantera inglesa casi no reservó su billete para Suiza y dejó de ser convocada por la seleccionadora al principio de la temporada, cuando fue relegada al banquillo con el Manchester City tras desavenencias con su entrenador, Gareth Taylor. "Estoy muy agradecida por los momentos que estoy viviendo ahora y estoy disfrutando cada minuto de esta Eurocopa, cuando pienso en aquellos momentos de enero en los que tenía ganas de dejar el fútbol", declaró en rueda de prensa.
"Vi la sangre, el sudor y las lágrimas que derramó".
Tras expresar su infelicidad en un comunicado publicado en las redes sociales, Kelly regresó a su país, al Arsenal, para una cesión de seis meses, durante la cual ganó la Liga de Campeones contra el Barça. Y allí redescubrió su nivel, su alegría de vivir y su velocidad demoledora cuando se pone en marcha. Fue una decisión que dio sus frutos a seis meses de una Eurocopa, y que Wiegman y su afición agradecen ahora. No hay más que escuchar la enorme ovación que recibió cuando salió en lugar de Georgia Stanway.
"Creo que la gente se olvida de que volvió de una lesión del ligamento cruzado anterior, salió del banquillo y marcó el gol de la victoria en la final de la Eurocopa", recuerda Lucy Bronze, que pasó horas con ella en el gimnasio mientras se recuperaba de una operación de rodilla.
"Cuando ves a Chloe, piensas que no da tanto de sí en el gimnasio. Pero es tan competitiva, tan resistente", afirma el lateral derecho inglés. Una ayuda del destino juega a favor de las dos estrellas, que se motivan mutuamente para volver a tiempo para esta Eurocopa en casa: a causa de la pandemia de Covid, la competición continental se ha aplazado hasta 2022.
"Sé mejor que nadie en este equipo de qué está hecha Chloe y qué tipo de mentalidad tiene realmente", insiste Bronze. "Por eso, cuando se pone la camiseta de Inglaterra, sé que puede marcar la diferencia en cualquier momento del partido y que lo dará todo. Eso es lo que vi cuando no había nadie, cuando los aficionados no estaban, cuando el equipo no estaba, cuando sólo estábamos ella y yo. Vi la sangre, el sudor y las lágrimas que derramó". Es una tenacidad que ya ha salvado a Inglaterra de algunas situaciones muy complicadas, y que aún podría venirle bien a Sarina Wiegman y compañía, expertas en sacar adelante escenarios disparatados para ganar.