No hay más que ver el éxito que ha tenido la reserva de entradas para la final del 21 de mayo en la web de la UEFA, condicionada a que, por supuesto, el Athletic llegue a la misma.
Aún hay camino por recorrer. En primer lugar, toca resolver en San Mamés la eliminatoria después el 0-0 de Glasgow. Pero lo cierto es que el Athletic ha ido quemando etapas hasta la fecha con el objetivo de vengarse de la final de la UEFA perdida frente a la Juventus en 1977 y de la de la Europa League ante el Atlético de Madrid en 2012.
Roma y Rangers
Los méritos deportivos de los rojiblancos esta temporada son notables. Pero además, hay que tener en cuenta las expulsiones de los rivales.
En la vuelta de octavos de final, a la que el Athletic llegaba con un 2-1 adverso del Olímpico de Roma, los bilbaínos se vieron beneficiados por la expulsión de Mats Hummels en el minuto 11. El central alemán de la escuadra giallorossa no midió bien el pase, Maroan Sannadi se adelantó, recuperó el balón y el zaguero romanista le derribó dejando a su equipo con 10 durante buena parte del partido.
La expulsión, sin duda alguna, condicionó el encuentro. Dos goles de Nico Williams y uno de Yuri Berchiche dieron la vuelta a la eliminatoria, pese al gol postrero de penalti de Leandro Paredes.
La historia ha vuelto a repetirse en la ida de los cuartos de final en Ibrox Park. Curiosamente, en la misma parte del partido. En esta ocasión, dos minutos más tarde, en el 13. El holandés Robin Pröpper derribó a Iñaki Williams al borde del área en el minuto 10. El colegiado mostró inicialmente la cartulina amarilla. Sin embargo, en la revisión del VAR cambió de opinión y expulsó al central de la escuadra escocesa.