Al igual que en las caminatas triunfales de 2002/03 y 2010/11, el Oporto empezó ganando en su visita a Austria, pero este jueves tuvo la emoción de un gol en el último instante frente al Salzburgo, anotado por William Gomes en el minuto 90+4. El brasileño saltó desde el banquillo para enseñar al dragón a volar en una competición en la que solo sumaba dos triunfos en sus últimos 17 partidos fuera de casa. En un partido emocionante, con un gol anulado para cada lado y un pésimo césped.
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Después de la racha de seis victorias consecutivas en el campeonato nacional, los dragones llegaron a un país de buenos recuerdos con Martim Fernandes y Alberto Costa recuperados, pero la única novedad fue la presencia de Zaidu en el lateral izquierdo, en lugar de Francisco Moura. Los anfitriones, por su parte, realizaron cuatro cambios, prescindiendo de los habituales titulares Vertessen y Kjaergaard.
Abrir las alas y no llegar a volar
El Salzburgo tuvo que renunciar a la nomenclatura Red Bull y también cambió el nombre del estadio para los partidos europeos. Quizás por eso perdió las alas en este arranque intermitente de temporada, en el que falló la clasificación para la Liga de Campeones, y el apoyo de los aficionados que dejaron el estadio vacío (9.993 espectadores) esta noche después de tres partidos seguidos sin ganar.
La derrota en casa ante el Sturm Graz obligó a cambios y el equipo salió a todo gas, pero la respuesta portista en un disparo de Borja Sainz al travesaño, a los dos minutos, puso algo de agua en el fuego de la euforia. Habría sido un excelente gol del español. Aun así, la presión alta de los austríacos casi dio frutos a los 11 minutos, cuando Ratkov fue lanzado en el área, regateó a Diogo Costa y ya se preparaba para celebrar hasta que el guardameta se estiró e impidió el primero con la mano.
Justo después, Baidoo bailó sobre Alan Varela en la línea de fondo, Ratkov extendió la alfombra para el remate de primeras de Diabaté y tres hombres de la defensa ofrecieron el cuerpo al balón. Era el mejor momento de los locales, que se llevaron un susto cuando Bednarek introdujo el balón en la portería, pero la jugada fue (bien) anulada por mano de Samu.
Al llegar la media hora, el césped empezó a ceder y a perder calidad, confirmando las quejas de Farioli, y también el Salzburgo empezó a perder fuelle. El Oporto volvió a tomar el control y estuvo cerca de inaugurar el marcador, primero en un disparo de Frohold en zona prometedora, detenido por Rasmussen, luego cuando Pepê encontró a Gabri Veiga en el área, pero el español solo pudo cabecear al portero. Al descanso, persistía el empate.
Terreno impropio para pensar en otros vuelos
A pesar de no hacer cambios en el descanso, Farioli aprovechó una jugada en la que Zaidu quedó tocado para realizar tres cambios de inmediato: William Gomes, Martim Fernandes y Francisco Moura entraron -por Zaidu, Gabri Veiga y Pepê-, justo después de que Samu dudara y perdiera una buena ocasión en el corazón del área. Estaba siendo una mala noche para el delantero español.
Poco después, el Salzburgo marcó en un rechace tras una buena arrancada de Gadou, pero había fuera de juego antes del remate de Ratkov. Con tres puntos en juego y un césped cada vez en peor estado, los dos banquillos movieron ficha para buscar la victoria: el Salzburgo hizo cuatro cambios de una vez y Rodrigo Mora sustituyó a Alan Varela para dar algo de inspiración a los blanquiazules. Sin embargo, el partido se volvió más trabado y el terreno no ayudaba a la fiesta.
El último asalto llegó con la entrada de Deniz Gul por un Samu muy esforzado y poco inspirado. A los 80 minutos, hubo un escalofrío en la espalda de los portistas cuando Kitano hizo un pase perfecto para dejar solo a Vertessen, pero el delantero recién ingresado, que hizo todo bien para desviar el balón de Diogo Costa, acabó fallando el objetivo. Al caer el telón, Bednarek estuvo cerca del gol con un cabezazo desviado y William Gomes obligó a Schlager a una parada complicada tras un centro envenenado.
William Gomes carga el sueño
Pero aún faltaba el golpe de teatro. En la última jugada del partido, William Gomes se fue hacia el centro y se atrevió con un disparo cargado de efecto que aún botó en el césped y dejó a Schlager impotente para evitar el gol. El brasileño trajo las alas que enseñaron al Dragón a volar fuera de casa en la Europa League.
Jugador Flashscore del partido: William Gomes (Oporto).