Tras la victoria ante Rumanía, España debía refrendar su favoritismo ante la selección de Montenegro, que sobre el papel y en las apuestas era inferior a la de Paco Gallardo.
Tornado amarillo
Es lo que vieron desde el primer momento los jugadores que portaban la indumentaria roja, es decir, los montenegrinos.
Desde el primer minuto el asedio fue descomunal. Las cámaras solo enfocaban una de las zonas del campo, la zona de la portería que ocupaba Milovic.
Un cuarto de hora es lo que necesitó La Rojita para abrir la lata. Pablo García, que ya debutó con el Betis en Europa la pasada campaña, habilitó a Quim Junyent ante el guardameta balcánico. El catalán sorteó tanto la maniobra del portero como los intentos de la zaga por robarle el balón con una vaselina que entró llorando.
Y abierto el tarro de las esencias, todo empezó a caer por su propio peso. Virgili aprovechó un pase milimétrico de Granados para poner el balón en el poste más alejado con una definición de mucha calidad solo dos minutos después, 0-2.
Montenegro pareció desencorsetarse con un par de llegadas que sirvieron para que viésemos en pantalla a Simón García, el portero español.
Pero todo aquello fue una ilusión y Quim Junyent aprovechó para firmar su doblete. Un centro hizo dudar a Milovic y el balón cayó en las botas de Virgili, que asistió a Quim para que este, desde el punto de penalti, mandase el esférico a guardar.
El tanto de Jofre pasada la media hora fue anulado por fuera de juego, pero Huestamendia, tras una gran recuperación de España en tres cuartos de campo y un chut ajustado al palo corto, puso el 0-4 con el que se llegaría al descanso en el luminoso.
Vukcevik, el entrenador de Montenegro, señaló a su arquero y dio entrada al suplente. No parecía que pudiese ser un cambio sustancial, pero su equipo empezó a carburar un poco mejor.
Junyent firma su triplete
Al igual que en los primeros 45 minutos, España dio un pequeño margen a su rival y después de superar la hora de partido, los de Paco Gallardo firmaron la manita. Huestamendia picó bien al espacio para dejar atrás a su marcador y habilitar completamente solo a Quim Junyent, que firmó a puerta vacía su hat-trick particular.
El ritmo decreció y España empezó a pensar en su próximo duelo, que ya será de semifinales ante Inglaterra, Noruega o Alemania.