El 30 de noviembre era una fecha marcada en el calendario por el esperadísimo duelo entre el Sevilla Fútbol Club y el Real Betis Balompié, cuyo pronóstico es siempre incierto con independencia de las dinámicas, las bajas y cualquier otro factor que se puedan imaginar. Pese a que todo eso quedaba en un segundo plano, la realidad es que el durísimo impacto entre Isco Alarcón y Sofyan Amrabat durante el triunfo ante el Utrecht causó una gran desazón en el entorno verdiblanco. Descartados ambos.
Los anfitriones, privados también de poder contar con jugadores como Gabriel Suazo o Rubén Vargas, empezaron a dominar a través del balón y sin inquietar a Álvaro Valles. Poco a poco, sin embargo, el equipo de Manuel Pellegrini adelantó líneas y se acercó al área contraria en acciones que tampoco entrañaban demasiado peligro. Las ausencias citadas, el miedo a fallar, la tensión... sea como sea, lo cierto es que el partidazo de la jornada estaba más cerca de ser un castigo que un espectáculo.
Una gran elástica de Chidera Ejuke desembocó en un tiro desviado de Djibril Sow nada más superarse la media hora. Ni siquiera tuvo que intervenir el meta visitante... en la única llegada de los hombres de Matías Almeyda en el primer acto. Mucho más clara fue la que protagonizó Ez Abde a los 37 minutos después de aprovechar la fragilidad defensiva del rival, que acostumbra a tener errores groseros y que se salvó gracias a la parada de un solvente Odisseas Vlachodimos.
Hola, soy Fornals y quiero el derbi
De cara a la segunda mitad, Marcao do Nascimento tuvo que dejar su lugar a Kike Salas debido a una dolencia con la que lidió durante un buen rato. Poco antes del paso por vestuarios, otro central como es Marc Bartra recibió la única amonestación hasta el momento por una obstrucción sobre el canterano José Ángel Carmona, que provocó otra tarjeta amarilla al ser golpeado en el pie por Aitor Ruibal en una acción dividida.
A la vuelta, Alfon González probó fortuna y, al fin, un jugador del Sevilla fue capaz de encontrar portería. El anodino golpeo del canterano del Celta se transformó en la nada cuando llegó el 0-1, obra de un Pablo Fornals que lo hizo absolutamente todo: robó el balón ante la negligente conducción de Batista Mendy, esquivó a todo aquel que se puso a su paso y definió a las mil maravillas para silenciar el templo de Nervión.
'Coitus interruptus' y fiesta bética
Ante la amenaza del 0-2 por Pablo García y la falta de respuesta de los suyos, el Pelado optó por realizar una doble modificación con tintes ofensivos: Isaac Romero y Alexis Sánchez se incorporaron al terreno de juego. De poco sirvió, desde luego, porque fue el recién ingresado del otro bando, Sergi Altimira, quien dejó su sello en el encuentro con un espectacular zapatazo desde dentro del área en una jugada a balón parado. Vaya manera de estrenar su cuenta en LaLiga.
El segundo aviso por megafonía a propósito de la lluvia de objetos llevó a Munuera Montera activar el protocolo y el duelo quedó detenido durante unos minutos. Y todo esto después de que Romero viera la roja directa por una entrada a destiempo que evidenciaba el sentimiento generalizado de rabia. Este contexto solo sirvió para retrasar lo que era ya un hecho inevitable: el triunfo de un Betis que no vencía en territorio hostil desde el 6 de enero de 2018 (por un inolvidable 3-5).
Jugador Flashscore del partido: Pablo Fornals.