Porque el club bilbaíno, muy molesto con el Barça desde el fichaje de Iñigo Martínez, pero sobre todo, desde sus coqueteos públicos con el menor de los Williams, se ha negado en redondo a hablar con la entidad azulgrana. Es la fórmula habitual del Athletic, la de no negociar por ninguno de los futbolistas que considera indispensables en su proyecto. Así lo hizo en su momento con Kepa Arrizabalaga o Javi Martínez, entre otros. Y no va a cambiar ahora. Menos aún si es el Barcelona de Laporta el que está en medio de todo.
No es algo que haya pillado por sorpresa a nadie en Can Barça. De ahí que, primero, se hayan asegurado de que esta vez Nico Williams no les deja tirados. Tras varias semanas mirando otras opciones, como la de Rashford, finalmente Deco se decidió por ir a por todas por el navarro, viaje a Ibiza mediante para dejar todo acordado. Esto es, seis años de contrato y un salario mínimo de siete millones de euros netos por temporada, término este desvelado por Fabrizio Romano, especialista en fichajes y colaborador de Flashscore.
Lo más difícil todavía
Ahora, lo que queda por resolver es el pago de la cláusula de rescisión, cuyo importe total tiene que ser ingresado por el futbolista o por quien él delegue en la sede de la Liga de Fútbol Profesional. La entidad culé ya abonó hace unos días los 25 millones, más otro millón y medio de impuestos, por el portero Joan García. Y ahora necesita 58 millones más otros seis aproximadamente para lograr la libertad de Williams. En esas están ahora.