El club rojiblanco está llevando a la práctica más que nunca su mítico lema, 'Nunca dejes de creer', en la actual temporada. Diego Pablo Simeone y sus hombres eran cuartos al final de la octava jornada y ahora están en lo más alto de la clasificación tras el triunfo cosechado el sábado en Montjuïc (1-2). El técnico argentino desconocía lo que era ganar al Barcelona a domicilio y, a sólo un par de días de su 13º aniversario al frente del equipo, puso fin a esa mala dinámica.
Parte del éxito del plantel colchonero tiene que ver con el buen rendimiento en los minutos decisivos, sobre todo una vez cumplido el tiempo reglamentario (13 goles en total). Todo empezó ante el Girona en el Metropolitano, aunque esa diana de Koke Resurreción en el 94' no cambió nada porque los suyos vencían ya por 2-0. Semanas más tarde, en San Mamés, Ángel Correa silenció La Catedral en el 92' para acabar venciendo por 0-1.
Julián Álvarez también amplió distancias (3-0) frente al Valencia en el 94', días antes de que José María Gímenez decidiera el choque ante el RB Leipzig (2-1) en el 90' para empezar con buen pie la trayectoria en Champions. El ex del City volvió a hacerlo en Balaídos (90', 0-1) y el ya citado Correa hizo lo propio en el derbi madrileño (95', 1-1), que parecía caer del lado de los merengues y que estuvo varios minutos parado debido al lanzamiento de objetos a Courtois.
Alexander Sorloth, el encargado de castigar al Barça en el 96', acabó con las esperanzas del Leganés en octubre (99', 3-1) y el '10' rojiblanco apareció por tercera vez en el tiempo de descuento durante la recta final del duelo contra el París Saint-Germain, (93', 1-2). Además, el ariete nórdico hizo el de la 'manita' en Valladolid (92'), De Paul y Julián sentenciaron al Cacereño en la Copa del Rey (92' y 96' para vencer por 1-3) y Griezmann hizo posible una remontada agónica frente al Sevilla (94', 4-3).