Eduardo Camavinga (23) ha tenido un primer semestre de temporada adverso: las lesiones le han impedido entrenarse a fondo con el Real Madrid. El francés se lesionó el aductor en abril en El Coliseum. Tras el aductor vino un problema en el tobillo en agosto.
Desde que llegó Xabi Alonso, esperó hasta el 20 de septiembre, cuando volvió al césped contra el Espanyol.
Su partido en Getafe fue bueno. El equipo de Bordalás es especialista en llevar los encuentros al desgaste físico. Al uno contra uno y a la potencia. En esas materias, Camavinga destaca, tal y como lo demostró en sus primeras campañas con el Real Madrid, con la selección francesa y con el Rennes.

Buen clásico y caída
Camavinga tuvo un buen Clásico. Su entrada en la titular tenía una función: diesmar al Barcelona físicamente y desgastar a Pedri, quien al final terminó expulsado por doble amarilla y pasó una mala noche en el Santiago Bernabéu. Tras el Clásico, su nivel ha caído en picado.
En Anfield, no solo Camavinga demostró incomodidad. De no ser por Courtois, el Madrid habría recibido una paliza histórica. En Vallecas, aunque Courtois no intervino tanto, la zona medular merengue reflejó problemas para romper líneas, para generar juego.
Las lesiones dejan a Camavinga en una posición incómoda. Regresó a Madrid después de ser convocado por Deschamps para los partidos de Francia. Ahora tendrá que intentar volver a su mejor versión física para pelear por la titular del Madrid.
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