Sin quejas. Sin reclamos y con mucho trabajo por delante. Así ha empezado la pretemporada el FC Barcelona en medio de un mes que ha sido muy duro para la directiva de Joan Laporta. Primero, se cae el fichaje de Nico Williams (23), un traspaso que, para la prensa catalana, estaba más que cerrado.
Después, el tema de Luis Díaz. Al Barcelona le era imposible alcanzar los 75 millones de euros que pedía el Liverpool por el colombiano, que al final no quiso esperar al Barça y decidió marcharse al Bayern. Para terminar, se postergó la entrega del Camp Nou. No se volverá al templo blaugrana el 10 de agosto, como estaba previsto y no se descarta comenzar la temporada en Montjüic, otra vez.
El escenario, que sería atroz para otros entrenadores, no molesta en lo absoluto a un Hansi Flick que vuelve a centrarse en el poder de La Masía para afrontar los retos de la campaña. Sólo Joan García y Roony Bardghji han llegado como compras en este verano. Rashford busca relanzar su carrera como cedido con una opción de compra de 30 millones de euros.
Sin duda, se necesita un refuerzo por línea -un suplente para Lewandowski tras la marcha de Pau Víctor al Braga; un pivote defensivo y un extremo que le brinde descanso a Raphinha y a Lamine-. El mercado tendrá que esperar... Flick, en cambio, no espera: ejecuta, produce y apuesta por un joven Dro (17) que debuta con gol y que le da esperanzas al cuerpo técnico. Tal y como ocurrió con Fermín hace dos veranos en el Clásico de EEUU o con Marc Bernal la temporada pasada.