No ha sido su mejor noche. Pero es en estos partidos donde se gana LaLiga. El Barça tuvo que tirar de fe y de calidad individual para remontar ante el Oviedo. Un grosero error de Joan García y un disparo monumental de Álvaro Reina hicieron soñar a los carbayones a lo grande. Pero en la segunda mitad, Eric García y Lewandowski firmaron la remontada de los culés. Araújo puso la sentencia ya en la recta final del encuentro.
Centro de datos del Real Oviedo-Barcelona
Que te inviten a una fiesta no es sinónimo de que te lo vayas a pasar bien. Y eso que las del Oviedo en el Tartiere molan. Porque es un lujazo ver, por ejemplo, disfrutar a Cazorla con 40 años de su primera titularidad con los carbayones en Primera. El Barça, sin embargo, no suele ser un buen invitado. Siempre quiere ser el rey del baile y quitarle la novia, de nombre Victoria, al anfitrión. Para ello usa armas de seducción extraordinarias. Como el cañón diestro de Rashford. Lo sacó a pasear dos veces y en ambas el guardia de seguridad Aarón Escandell dijo que nones con sendos paradones a cada cual mejor.
Ante esa ilusión carbayona, que incluso se atrevió al principio a embotellar a los culés con varios saques de esquina seguidos, los de Flick se encomendaron a Pedri. Pero el canario no encontró socios ni en Casadó ni en Dani Olmo. Se notaba falta de fluidez, a veces precipitación en el último pase. Llegaron más ocasiones, claras además, pero por calidad individual, no grupal. Raphinha estrelló un disparo en la madera y Araújo, que se quedó con el rechace, se encontró bajo palos otra vez al meta ovetense.
Entonces llegó lo impensable, la felicidad suprema para el Oviedo. Joan García salió bien de su área para adelantarse a Rondón, pero cuando quiso ceder la bola confundió a Casadó con Álvaro Reina. Con la portería vacía, aunque a 40 metros, el andaluz probó suerte y la diosa Fortuna dijo que sí, que el tiro tenía la suficiente calidad y fuerza para que se colase y se convirtiera en el 1-0. Qué error de Joan y qué acierto de Reina.
La remontada
Desde ahí hasta el descanso, a defender la exigua ventaja. Y lo consiguieron, lo que provocó que Flick moviera su banquillo en la reanudación. De Jong entró por Casadó. Pero donde encontró la solución fue con Araújo convertido por casualidad en extremo izquierdo, colocando un centro sensacional a Ferran en el primer palo y apareciendo Eric en el segundo para aprovechar el rechace de Escandell y de la madera y firmar el 1-1.
Con más de media hora por delante, la música ya la ponía el Barça. Nada de lentos, sonaba rock&roll a todo volumen. Y aunque Reina, otra vez él, intentó bajarlo con un buen disparo repelido por Joan García, el ritmo era azulgrana. Fue un viejo rockero, Lewandowski, el que enseñó cómo moverse en el área para rematar un espléndido centro de Frenkie de Jong y colocar el balón con la testa en la escuadra. Misión cumplida con el 1-2.
Sin embargo, los asturianos aún no habían dicho su última palabra. La aparición del revoltoso Brekalo permitió a Rondón gozar de dos oportunidades para quedarse con la gloria. En ambas Koundé hizo de muro ante el veterano venezolano, demasiado lento. Como también demasiado pasivo estuvo Sibo cuando Araújo le ganó el salto en el área local para anotar el 1-3 ya en la recta final.
Con todo sentenciado, Flick dio un par minutos a Marc Bernal para que fuera recuperando sensaciones. Acabó bien, desde luego, la noche para el Barça, que se coronó rey y reina del baile en Oviedo.
Jugador Flashscore del partido: Eric García (Barcelona).
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