Centro de datos del Real Sociedad-Espanyol
20 segundos de juego y Dmitrovic ya se había puesto la capa de salvador para evitar el gol de Marín al ganarle el mano a mano. Así de eléctrico comenzó el partido en Anoeta entre dos equipos de buen trato de balón y con futbolistas desequilibrantes, de los de acento callejero. En la Real, ese es Barrene, que desperdició una gran y cercana ocasión al darle poca rosca a su disparo. En el Espanyol, el gambetero, el regateador, responde al nombre de Dolan. Qué velocidad y habilidad las del extremo inglés. Tanto es así que mientras los txuri-urdin disparaban con fuegos artificiales, los periquitos lo hicieron con fuego real.

Fue él, Dolan, quien, tras un robo de Roberto, inició con maestría un contraataque hasta que fue cazado por Turrientes. El árbitro dejó seguir porque el balón se lo quedó Pere Milla, que recorrió 40 metros para hacer una magistral pared con Roberto, que siguió la jugada. Milla se lanzó en plancha para aprovechar la asistencia de su compañero y abrir el marcador. Primer ataque espanyolista y 0-1 a los 10 minutos.
Intentó la Real que no le afectase el gol a su plan de juego asociativo porque generar, generaba. Y mucho. Barrene, otra vez él, mandó fuera un cabezazo franco. Pero en cuanto perdían la posesión, los catalanes salían como lobos en manada. Pere Milla casi saboreó un segundo tanto con un zurdazo que se marchó fuera por nada. Mandaban los de Sergio Francisco, pero amenazaban los de Manolo González. Estaba abierto y bonito el espectáculo con alternativas de unos y de otros.
Doble penalti
Oyarzabal se sumó a la fiesta de goles fallados... hasta que llegó el penalti de Jon Martín a Roberto que lanzó Puado. El capitán visitante vio cómo Remiro le adivinaba la intención... pero para desgracia del portero, Aramburu había entrado en el área antes del lanzamiento y el árbitro mandó repetirlo. Esta vez Puado sí acertó para hacer el 0-2 con el que se llegó al descanso.
Un golpe de suerte desata la reacción
Se esperaba una Real más agresiva, más enérgica en ataque. El técnico confió en los mismos del principio. Y la cosa no funcionaba. Hasta que un golpe de fortuna, un resbalón de El Hilali, dejó solo a Barrene, cuyo tiro tocó en un defensa y despistó a Dmitrovic para hacer el 1-2 con media hora aún por delante.
El tanto espoleó a los donostiarras y al público, que incrementó sus ánimos. Las renovadas energías las canalizó Oskarsson, que llevaba seis meses de sequía, para hacer aún mejor la asistencia de Oyarzabal y firmar el 2-2.
Y no se quedó ahí la Real. Pudo enseguida confirmar la remontada si no es porque Dmitrovic exhibió reflejos y elasticidad. También llegarían intentos de Kubo y de Brais Méndez. El cuerpo le pedía atacar más aún ante un Espanyol hundido y que se limitaba a achicar balones sin más. Mas la falta de acierto le impidió dar la vuelta a un marcador que se quedó con ese 2-2 que deja más satisfechos a los barceloneses visto su angustia en la segunda mitad.

Jugador Flashscore del partido: Roberto (Espanyol).