NO - Pablo Gallego
Xabi Alonso (44) no es perfecto. Tiene su carácter, su forma de comunicarse, su manera de ver el fútbol, al igual que la vida... en resumen, como cualquier persona, tiene defectos. Sin embargo, si hay algo que no se le puede quitar, es su voluntad de hacer el bien deportivamente en el Real Madrid.
Antes de empezar, es importante recordar el contexto del personaje. Llegó en 2009 para ayudar a reconstruir un equipo muerto en Europa, y el vasco se marchó en 2014 convertido en una leyenda, sin hacer ruido, tras ganar la tan esperada Décima. Es importante recordar a este grupo de jugadores la huella que ha dejado Xabi Alonso en la historia del club. Él, el cerebro de una futura generación dorada, que, entre otras cosas, permitió acabar con una obsesión traumática de 12 años de sequía en la Champions. Recordemos a Vini, Valverde, Rodrygo, Camavinga, Bellingham y todos los demás que, sin su actual entrenador, seguramente nunca habrían ganado la Liga de Campeones.
Sin embargo, esto no es más que un detalle. La realidad es que algunos de estos jugadores parecen perdidos, no desde el punto de vista deportivo, sino consigo mismos. El año pasado, criticaron la "falta de trabajo táctico" de Ancelotti hasta el punto de filtrar su desamor hacia el italiano. Hoy nos hacen entender que echan de menos a Carletto y que Xabi Alonso no es compatible con su forma de funcionar, ya que este último da demasiadas instrucciones y se extiende demasiado en las sesiones de vídeo. ¿Dónde está la coherencia en estos chicos? O más bien, aquí tenemos una buena prueba de incoherencia, rayana en lo absurdo.
Entonces, ¿quién es el problema? ¿Un entrenador que intenta instaurar unas normas y una forma de trabajar que se asemeja a lo que se hace en todos los grandes clubes europeos? ¿O estos jugadores, que se rebelan, incapaces de seguir los consejos de un hombre que tiene más que aportar de lo que puede quitar?
A esto se suman las reclamaciones de cada uno y, en consecuencia, una segunda preocupación. Uno querría el sueldo de Cristiano Ronaldo, otro se cree Toni Kroos, otro ya no quiere jugar en el centro del campo después de haber probado los goles cuando era falso 9...
¿Qué hace la dirección que vendió a Özil, Di María, Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos, Varane o Casemiro sin remordimientos? La realidad es que se centra en otros asuntos que no son deportivos: el estadio, la estructura del club, el futuro del fútbol... Si el terreno de juego no importa, se ha dejado seducir sobre todo por ciertas personalidades presentes en ese vestuario. Vinicius Jr., en primer lugar. Sí, el tiempo pasa y Florentino Pérez se ha vuelto demasiado afectuoso con algunos, dejando, seguramente a su pesar, a Xabi Alonso solo frente a su realidad. Y eso es un problema, porque un solo puñetazo en la mesa del presidente lo arreglaría todo. Así que no, el despido de Xabi Alonso no resolvería nada en el Real Madrid, solo pospondría el problema para mañana.
SÍ - Miguel Baeza
Voy a ser directo: desprenderse de Xabi Alonso ahora podría ser positivo para mejorar el ambiente del vestuario de cara al resto de la temporada, aunque no creo que sea la mejor de las decisiones a largo plazo, dado que el año que viene, seguramente, surgirán otros problemas generados por los mismos futbolistas que permanecerán en el equipo.
Y es que, por su carácter recto y estricto, el tolosarra ha entrado desde el principio con mal pie en un vestidor acostumbrado al liderazgo tranquilo de uno de los mejores de la historia, Carlo Ancelotti. El vasco, desafortunadamente, ha tratado de imponer su ley a la fuerza y, en ocasiones, sin todo el criterio que se le debería exigir al técnico de todo un Real Madrid. Podría decirse que emana cierto aroma a Rafa Benítez, guardando las distancias de lo que uno y otro fueron como jugadores.
Sin embargo, es por ese camino por donde le alcanza de cierta manera la falta de humildad al otrora exitoso centrocampista. Su etapa calzando las botas ya terminó. Ahora, sus jugadores ven que como entrenador es uno más, que tiene muy buenas ideas y ganó una Bundesliga de manera histórica, pero uno más. Y, por mucho que quiera, no es Zidane o Guardiola para poder mandar sólo por el poder de su aura.
Entonces, tendría que haberse granjeado cierto respeto antes de emprender ciertas cruzadas con las que ha mostrado cierta incongruencia. La principal campaña en la que se ha embarcado es la que le tiene enfrentado con Vinicius, que no siempre ha respondido de la mejor manera, pero que se cargó de razón en su descontento al ser sustituido mientras estaba siendo el mejor del partido. Entonces Alonso reconoció el error, pero con la boca pequeña y pronto volvió a reincidir.
A mi parecer, todo se le torció con la vuelta de Bellingham. Sin que el inglés hiciera méritos, le convirtió en indiscutible. No necesitó demostrar, y eso que físicamente no dio el nivel durante cerca de un mes, algo que sí no molestó al '7' brasileño, debió hacerlo, porque fue una injusticia contra su persona.
En resumen, creo que al vasco le está viniendo grande dirigir al Madrid. Es un reto que, de llegarle algo más tarde, le estaría dando menos dolores de cabeza. Ahora, peca en exceso de falta de mano izquierda, llegando a realizar críticas públicas cuando pudo resolverlo en privado. La situación está lejos de ser reversible, sobre todo teniendo en cuenta que hasta él mismo se ha perdido el respeto, siendo incapaz de poner en práctica el plan con el que llegó a Madrid, aunque fuera a costa de sentar a varios pesos pesados. Por tanto, creo que su despido ayudaría a enderezar el rumbo blanco.
