El Alavés y el Levante inauguraron su temporada en LaLiga con muchos recuerdos en el tintero. Hace un par de años los vitorianos celebraron en el Ciutat de València un agónico ascenso que condenó a los granotas a seguir en Segunda, donde finalmente permanecieron dos campañas.
Calero, en la que será su primera experiencia en Primera División, lideró a los valencianos hacia la máxima categoría por la vía directa. Un golazo de Carlos Álvarez, además, ayudó a los visitantes a proclamarse campeones de Segunda.
Coudet, que lleva poco tiempo al frente del conjunto alavés, afronta el curso exigido desde el primer minuto. El técnico argentino logró la permanencia el año pasado y se ganó la renovación, pero en varias ocasiones la grada de Mendizorroza coreó con fuerza el nombre de Luis García Plaza, el entrenador que dejó su sitio para la llegada del "Chacho".

Toni se viste de Kike y avisa a Mariano
El ida y vuelta inicial protagonizó los primeros compases del partido. Ningún medio del campo pudo hacerse con el control del balón y las ocasiones brillaban por su ausencia.
En la primera media hora el único hecho destacable fue un cañito de Carlos Vicente a su antiguo compañero Manu Sánchez, que tuvo que pararle y se llevó la primera cartulina del partido.
Calero, en el refresquito, intentó trasmitir tranquilidad a sus futbolistas. Les dijo que lo más duro había pasado y que debían desabrocharse el corsé.
La recomendación parecieron escucharla los babazorros, que aunque tenían mayor protagonismo no habían conseguido acercarse a Pablo Campos. Blanco empezó a dominar la medular y Manu Sánchez, amonestado, estaba viviendo un infierno.
En una balón colgado por Carles Aleñá, Toni Martínez se puso el traje de Kike García y le mandó un mensaje claro a Mariano empujando el balón al fondo de las mallas con un testarazo.
El Alavés golpeó primero, y pudo hacer más sangre. Aleñá volvió a ser protagonista con una ocasión de gol y, más tarde, Carlos Vicente tuvo en sus botas la opción de duplicar la ventaja de los del Chacho, pero ninguno logró acertar entre los tres palos. Los tres pitidos al final de los primeros 45 minutos fueron recibidos por el banquillo levantinista como agua de mayo.
Tenaglia vacia el jarro de agua fría encima del Levante
El Levante trató de buscar alternativas para inquietar a Sivera, pero el Alavés se mostró muy cómodo y contuvo los intentos granotas.
Sin embargo, los balones aéreos en el área visitante seguían suponiendo un dolor de muelas para los recién ascendidos. Cualquier lanzamiento llovido daba sensación de peligro, aunque volase unos metros por encima de las cabezas albiazules.
Con el paso de los minutos empezó a resquebrajarse el partido y las transiciones adquirieron el papel protagonista. Como ya ocurrió en los primeros compases del choque, las oportunidades de gol siguieron siendo prácticamente inexistentes.
Cuando faltaban algo más de 20 minutos para el final del encuentro saltó el chispazo que necesitaban las ranas. Iván Romero encontró con un buen taconazo a Brugué, que se deshizo de su marca para sacar un gran disparo. Sivera se empleó para despejar el chut, pero Toljan estuvo atento para remachar el balón, debutar con gol y darle un punto momentaneo a los suyos.
Un minuto después, todo pudo cambiar en una jugada en la que el Alavés pidió penalti. Un barullo en el área estuvo a punto de acabar con el balón en la red, y una mano de Elguezabal no fue suficiente para que Sesma Espinosa señalara los 11 metros.
Mariano tuvo el 2-1, pero Pablo Campos se presentó por primera vez en el partido con una gran intervención después de que un compañero envenenase el disparo del dominicano.
Cuando sollozaba el partido, en otro balón parado, Tenaglia le dio los tres puntos al Alavés con un remate de nueve. Una falta en banda izquierda acabó con el esférico en el flanco derecho. Blanco, que hizo un partido casi perfecto, puso un centro tenso y tras un rechace apareció el argentino como un tren de mercancías para poner el 2-1 final.

Jugador Flashscore del partido: Carlos Vicente (Alavés).