Enfrente estaba el Fenerbahce turco con José Mourinho en el banco y un estadio Saracoğlu Stadyumu caliente y fervoroso: una noche clásica de competencia europea. Y, a pesar de ese escenario intimidante, César Huerta entendió pronto que lo que menos debía tener era miedo.
Y aunque el Anderlecht del ‘Chino’ fue superado por un equipo superior lleno de jugadores acostumbrados a disputar partidos de eliminatoria como el que se disputó el pasado jueves por la ronda de playoffs de la Europa League, el mexicano terminó teniendo un partido relevante con gambetas y caño incluido.
Ver al canterano de Chivas y exfigura de Pumas siendo importante en competencia europea provocó un delirio en el país, pero al mismo tiempo volvió a plantear las mismas interrogantes respecto a la poca exportación que México hace a Europa. ¿A que se debe esto? Aquí tres causas:
Sin formación adecuada para la élite
Cuando Ricardo La Volpe hizo debutar en el primer equipo del América a Diego Lainez con tan sólo 16 años, la opinión pública comenzó a preguntarse si el país estaba ante un talento generacional que en México, gracias a su desfachatez y su regate, dos virtudes poco habituales en nuestra liga.
El técnico argentino, valiente para poner a futbolistas jóvenes en sus equipos y sabio para saberlos gestionar dentro y fuera del campo, se fue al poco tiempo del club, dejando a la joya azulcrema sin resguardo. Si bien fue claro desde el principio que Lainez era material de exportación europea, pronto la prensa y la propia afición comenzaron a especular con su destino.
Lejos del campo, en el ambiente mediático mexicano, La Volpe avisó que a Diego, ese pequeño gambeteador que alguna vez alguien se atrevió a compararlo con Messi en un espacio televisivo, le faltaba todavía un paso formativo que recomendaba no saltarse.
Al tiempo, Lainez recibió dos ofertas: una del Betis español, de apoco acostumbrado a aspirar por competencia europea, y la del Ajax de Países Bajos, un club de gran tradición afianzado como una escuela de vida alrededor de la pelota para sus jugadores. Lainez eligió al Betis, una oferta económica y una liga más atractiva. El canterano americanista nunca pudo consolidarse, salió a préstamos y, desde 2023, juega en Tigres de Nuevo León.
Aunque existen los casos de Hugo Sánchez y Javier Hernández que fueron directo a ligas importantes y se consolidaron, hace mucho tiempo quedó establecido que existe en México un déficit formativo para lo que buscan esas élites del viejo continente. Entender eso es vital para. Los casos de Edson Álvarez y Santiago Giménez (Países Bajos), Rafael Márquez (Francia) y Raúl Jiménez (Portugal, tras no lograr consolidarse en España) muestran que el futbolista mexicano requiere y necesita de esa escala formativa.
Mercado doméstico inflado
Hace mucho tiempo que la Liga MX se consolidó como una competencia atractiva por los altos salarios que ofrece y la poca competitividad a la que hay que enfrentarse. Sin ascenso ni descenso, y con equipos poderosos de carteras amplias, los futbolistas pueden tener una vida cómoda y en una burbuja que ningún ciudadano de a pie podría acceder.
Ese atractivo también ha sido disfrutado por futbolistas locales que, al mostrar talento para la pelota, acceden pronto a contratos jugosos. Y aunque cada uno de ellos tiene un contexto distinto, ha quedado claro que este factor es predominante a la hora de analizar por qué muchos talentos con perfil europeo prefieren asegurar su futuro y el de los suyos sin salir del país.
El portugués Renato Paiva dirigió al Toluca durante un año. Cuestionado sobre este tema, el entrenador puso de ejemplo a Alexis Vega, canterano de los Diablos Rojos y ex futbolista de Chivas, al que siempre se le ha vinculado con un futuro en el viejo continente pero que, por una u otra razón, su partida nunca se ha consolidado. “Nosotros quisimos a Alexis en el Benfica, pero pidieron un precio muy alto por él”, dijo en conferencia de prensa.
Tras el Mundial de Francia 1998, la figura más rimbombante de México, después de Luis Hernández, fue Jesús ‘Cabrito’ Arellano. El jugador de Chivas, que en ese momento tenía 25 años, fue un revulsivo explosivo para el equipo tricolor. Su regate y versatilidad llamó la atención de clubes de Italia. “Preguntaron por mí, pero me ofrecían menos de lo que ganaba aquí (en México)”, confesó años después.
Poca ambición y visión desmedida
Aunado a esta condición de mercado nacional, también está la nula ambición que algunos futbolistas tienen para jugar en Europa, sobre todo cuando se habla de ligas de segundo orden. Ofertas que no son de clubes de élite europea son despreciadas desde la opinión pública hasta permear en los futbolistas, quienes han adoptado la mentalidad de que, si han de sacrificar dinero, que sea en un equipo de renombre.
Y si bien cada decisión tiene su contexto y sus pormenores, es sumamente triste ver futbolistas con potencial firmando grandes contratos en equipos de la Liga MX, a cambio de idolatría rápida y millones de dólares, sin aspiraciones a glorias de renombre y rimbombantes en el mundo.
Esa mezcla, difícil de rechazar e imposible de debatir, ha lapidado proyectos emocionantes que pintaban para mucho más. Futbolistas como Vega, a los que parece ser que se les pasó el tren europeo, hoy son consolidados millonarios en el fútbol doméstico. Una tristeza pasional recordada por César ‘Chino’ Huerta, un futbolista que desde siempre entendió que la gloria que da la pelota, no tiene precio.