"No sé si el árbitro estaba en el lugar equivocado, pero el VAR tuvo que ser llamado, tenemos que proteger a los jugadores", dijo Marquinhos a los periodistas, al igual que Gonçalo Ramos, que había dicho lo mismo unos minutos antes. "En una situación así, no dar una roja es fuerte", insistió Marquinhos.
En el minuto 17 del partido contra el Mónaco, Wilfried Singo no pudo controlar el gesto y puso sus botas en la mejilla del portero italiano del PSG, que quedó completamente abierta y tuvo que ser grapada inmediatamente por el médico sobre el terreno de juego.
Una fotografía del italiano muestra una gran cicatriz en su rostro. Donnarumma abandonó posteriormente el estadio Luis II con un vendaje en la cara, informa AFP.
"La imagen es espantosa", dijo Marquinhos, añadiendo que el árbitro François Letexier dijo que el gesto "estaba en la continuidad de la acción".