Algunos jugadores, como Vitinha, brillan por su clase. Otros, como João Neves, por su talento. Y luego está Fabián Ruiz, que trabaja en la sombra al tiempo que causa impacto cuando toca el balón. También él brilla con luz propia desde hace más de un año, aunque los focos tiendan a iluminar a sus compañeros.
En vísperas de una temporada 2025/26 en la que el PSG volverá a aspirar a ser el mejor equipo del mundo, el centrocampista de 29 años quiere repetir un año tan bueno como el anterior. Y aunque ha disfrutado de la mejor temporada de su carrera a nivel estadístico (8 goles y 11 asistencias), deberá ser igual de influyente en el juego de su equipo.
A las órdenes de Luis Enrique, Fabián Ruiz se ha convertido en un centrocampista completo, difícil de sustituir y tan importante como Dembélé, Hakimi o Vitinha. Cada uno aporta lo suyo, pero la contribución del internacional español al PSG es crucial en el fútbol actual. Si bien ha sido decisivo en ataque, su impacto defensivo, a través de sus esfuerzos, sus carreras y sus repliegues, han permitido al París encontrar un equilibrio perfecto en el centro del campo junto a los dos magos portugueses.
Fabián Ruiz, pieza clave del equipo parisino
En el PSG, Vitinha es el eje del juego, y después llega Fabián Ruiz. A lo largo de la temporada 2024/25, el español se situó justo por detrás de su compañero portugués en todas las estadísticas avanzadas que destacan a los jugadores de su posición.
Segundo centrocampista con más asistencias en Ligue 1 (5) y primero en la Champions League (4); segundo centrocampista con más pases largos acertados en Ligue 1 (92); segundo centrocampista con más pases acertados en el tercio final en Ligue 1 (188); segundo centrocampista con más pases progresivos acertados en Ligue 1 (172); centrocampista más utilizado en Champions League (17 veces); centrocampista con más victorias en Ligue 1 (22) y Champions League (11); centrocampista con más pases clave en Champions League (9). El español es una máquina casi perfecta.
Fabián Ruiz se ha adaptado perfectamente al sistema del PSG y cualidades como su movilidad, su colocación entre líneas y sus carreras sin balón, responden plenamente a las exigencias de Luis Enrique.
De hecho, el técnico asturiano entonó el mea culpa con el jugador el pasado mes de febrero, antes del partido Toulouse-PSG, disculpándose por no haberle convocado con la Roja para el Mundial 2022.
"No le llevé al Mundial de Catar 2022 (cuando era seleccionador español), fue un error y asumo la responsabilidad. Estoy muy contento con lo que aporta dentro y fuera del campo. Siempre juega con el corazón, siempre entrena con el corazón, siempre está listo para un minuto, quince o noventa. Es muy importante para nosotros.
Un jugador apreciado y respetado en el PSG
Mientras las estadísticas ponen de relieve su trabajo, los jugadores y el personal del PSG se deshacen en elogios hacia el futbolista formado en el Real Betis, según nuestras informaciones. La principal cualidad que destaca es su carácter trabajador y su "enorme" volumen de juego.
Sus compañeros dicen que tiene una excelente visión de juego, con y sin balón, además de saber colocarse en los espacios adecuados. Cualidades todas ellas que, sin duda, encantan a la plantilla y, en particular, a Luis Enrique. Naturalmente, todos estos argumentos hacen que nadie haya dudado nunca de él, ni el cuerpo técnico, ni sus compañeros, contrariamente a lo que pudiera decirse fuera del Campus del PSG. Añádase a ello que el hombre está muy bien considerado en el vestuario, y que habla español, italiano y francés.
Tras una temporada histórica para él, el 39 veces internacional con la Roja, afronta el mayor reto de su carrera en una temporada en la que cumplirá 30 años: asumir el estatus de jugador clave en el mejor equipo del mundo, todo ello en año de Mundial. Y eso empieza este miércoles por la noche en el Stadio Friuli contra el Tottenham (21:00).
De confirmarse, con nuevos títulos en su haber a nivel de clubes, el español llegaría al Mundial 2026 en las mejores condiciones posibles, tras haber ganado la Eurocopa 2024. Imagínense que España acabara campeona del mundo y Luis Enrique pudiera repetir su mea culpa.
