La final de la llamada Concachampions, que jugará a domicilio ante el mexicano Cruz Azul, es el partido más importante de la historia de Vancouver y el primer premio a una temporada de ensueño que tiene a Lionel Messi entre sus víctimas.
Bajo la guía del danés Jesper Sorensen, un entrenador sin experiencia fuera de su país, el Whitecaps domina con puño de hierro la Conferencia Oeste de la liga norteamericana (MLS) con 32 puntos en 15 jornadas y un temible registro de 27 goles a favor y 12 en contra.
Sus perseguidores, San Diego y Minnesota United, están a cuatro unidades de distancia y han jugado un partido más.
El Whitecaps, una de las tres franquicias canadienses de la MLS, acumula 15 partidos invicto desde su último tropiezo el 22 de marzo ante Chicago Fire.

Para sorpresa general tampoco bajó el ritmo en la Copa de Campeones de la Concacaf, en la que ha ido acumulando sorpresas tras despachar al Saprissa costarricense en primera ronda.
Los mexicanos Monterrey, con los españoles Sergio Ramos y Sergio Canales a la cabeza, y Pumas hincaron también la rodilla en octavos y cuartos de final.
En semifinales Vancouver aplastó por un global de 5-1 al Inter Miami de Lionel Messi, arruinando la mejor oportunidad del astro argentino de alzar un trofeo internacional esta temporada.
Una victoria el domingo sería apenas la segunda de la MLS en la era moderna de la Copa de Campeones, tras la de Seattle Sounders en 2022, y un sonado éxito para el fútbol canadiense a un año de co-organizar la Copa del Mundo de la FIFA.
Por el primer título canadiense
En los últimos años, Canadá ha vuelto a ser relevante en el fútbol gracias a una generación liderada por un producto de las fuerzas básicas del Whitecaps, Alphonso Davies.
El cotizado lateral jugó tres campañas en la MLS, pero, reclutado por el Bayern de Múnich antes de cumplir la mayoría de edad, no tuvo tiempo de impulsar a Vancouver a la lucha por el título liguero.
A diferencia del Toronto F.C., que alzó el trofeo en 2017, el Whitecaps nunca ha llegado a unas semifinales desde su ingreso en la MLS en 2011.
Su primer intento podría llegar esta campaña con un plantel que combina talento norteamericano y latino y al que Sorensen ha elevado al siguiente nivel con sólo cinco meses en el cargo.
El centrocampista ecuatoriano Pedro Vite, de 23 años, es una de las figuras que se ha destapado este curso, con cuatro goles y cuatro asistencias en 14 jornadas, además de un papel clave en la eliminatoria contra el Inter Miami.
El lateral colombiano Édier Ocampo, el mediocampista argentino Andrés Cubas y el punta mexicano Daniel Ríos son otros pilares del esquema de Sorensen.
En ataque, Brian White acumula 15 goles en 21 partidos de todas las competiciones y se ha ganado la llamada de Mauricio Pochettino en la selección estadounidense, al igual que su compañero Sebastian Berhalter.
El hijo de Gregg Berhalter, predecesor de Pochettino en el banquillo del Team USA, será el gran ausente por sanción el domingo en el estadio Olímpico Universitario.
"Tuvimos que construir esto paso a paso", explicó Axel Schuster, director deportivo de la franquicia al sitio web OneSoccer. "Construir en la MLS lleva un poco más de tiempo, pero estamos contentos con dónde estamos ahora mismo y ya puedo decir que estamos pensando en el siguiente paso", agregó.