Los tiempos felices del técnico que ha hecho a España campeona de Europa y de la Nations League, y que acaba de renovar su contrato, se han pausado de golpe y porrazo en la Audiencia Nacional.
Primero, con el rapapolvo que le ha dado el juez cuando De la Fuente, como si estuviera en una rueda de prensa, había comentado que no había ido allí a hablar de un tema sobre el que se le preguntaba. "Aquí se viene a contestar lo que se le pregunta", le ha avisado con voz autoritaria.
A partir de ahí, ha negado haber estado en la reunión en la que Rubiales, en su despacho, y junto a otros directivos, había organizado las medidas a tomar para reducir el impacto del beso que dio a Jenni Hermoso. Hay que recordar que en el primer día de juicio, Patricia Pérez, responsable de prensa de la selección femenina, dijo que sí estuvo. Como ha indicado el por entonces subdirector de Comunicación, Rubén Yunta.
Además, ha asegurado no haber sido "consciente de la dimensión" del escándalo, del mismo modo que ha recordado que "no participo" en la gestión que hizo la Federación. "Ni me hablaron ni me consultaron" sobre la nota de prensa que divulgó la RFEF, que atribuía palabras a la jugadora que le quitaban importancia al beso.
Del mismo modo, ha negado saber de qué se estaba hablando en el avión cuando comenzó a fraguarse el intento de convencer a la jugadora de que hiciera un comunicado quitándole importancia al hecho del beso.
Esto ha provocado un choque con la fiscal, pues en anteriores declaraciones, De la Fuente había admitido haber escuchado cosas en la zona donde se encontraba en el avión.
"Queréllense si consideran que miente, pero continuemos con el juicio", le dicho el juez a la fiscal cuando hablaba de esas contradicciones con el seleccionador.