El galés, de 36 años, se retiró del fútbol profesional tras el Mundial de 2022 y desde entonces se ha dedicado al golf, ha abierto Elevens Bar y Par 59 en el centro de Cardiff y ha invertido en una destilería galesa y en la liga de golf TGL de Tiger Woods.
Sin embargo, aunque llegó a ser el futbolista mejor pagado del mundo tras firmar un contrato de 150 millones de libras con el Real Madrid en 2016, ha revelado que siempre ha tenido miedo a la bancarrota y sigue gestionando sus finanzas con mucha cautela.
"Había algo que siempre me daba miedo por dentro. Lees artículos sobre deportistas que, cuando terminan su carrera profesional, acaban en bancarrota. No saben cómo gestionar su dinero, no saben cómo hacer todas estas cosas.
Imagino que muchos deportistas llevan un estilo de vida muy lujoso. Yo intento no hacerlo. Siempre he pensado en cómo sería la vida después del fútbol. Cuando termine, dejo de recibir el sueldo. ¿Cómo reestructura la gente su vida entonces?
Por eso siempre he intentado diversificar desde bastante pronto. Siempre tuve la idea de los pilares: invertir mi dinero en diferentes cosas. Si uno de esos pilares se cae y no funciona, el edificio no se viene abajo".
Bale ha empezado a colaborar ocasionalmente como comentarista en TNT Sports y participó en la cobertura de la final de la Europa League en la que el Tottenham se impuso a el Manchester United. Además, formó parte de un consorcio que se interesó por la posible compra de el Cardiff City, lo que demuestra que sigue muy vinculado al fútbol.
El galés demuestra ser muy inteligente con su dinero, y el temor a perderlo todo, como les ha pasado a muchos deportistas, sigue presente en su mente mientras planifica su futuro tras colgar las botas.