La cuarta jornada se cerró con el choque del Maradona, en el que los azzurri sufrieron para abrir el marcador al final de la primera parte. En la segunda parte, los toscanos igualaron de penalti, pero Spinazzola volvió a poner por delante a los partenopeos con un buen disparo desde fuera del área. A continuación, Lucca marcó un gol de nueve, su primero oficial con el Nápoles, antes de que Lorran acortara distancias en el minuto 90.
La derrota en el Etihad en Liga de Campeones ponía al Nápoles en condiciones de imponer su teórica superioridad al Pisa. Pero un inicio de partido un tanto atropellado provocó que destacaran más los errores que las iniciativas. De Bruyne, de organizador, ante la ausencia de Lobotka, buscaba en vano dar velocidad al juego, mientras que Hojlund, titular por delante de Lucca, se anticipaba sistemáticamente a su marcador.
El más activo fue Politano, que en el minuto 25 se marchó por la derecha y, tras superar a su marcador, asistió a Elmas, cuyo disparo fue rechazado por Caracciolo. Poco después, el grito maradoniano fue sofocado por el fuera de juego de Hojlund ante el cabezazo de Elmas, que llegó muy escorado después de que el disparo del danés fuera rechazado por Semper.
Gilmour abre la lata
Áspero en las zonas centrales del campo, el Nápoles buscó entonces una salida por las bandas. Y en el minuto 40 fue una iniciativa de Spinazzola la que generó la ventaja: el centro raso del ex jugado de la Roma fue aprovechado por Gilmour, que movió con frialdad el balón con la derecha para deshacerse de su marcador y soltar un zurdazo que hizo estallar de alegría al Maradona.
Muy valiente, el Pisa aumentó su agresividad, y en el 46 Leris avanzó hacia la meta partenopeo, pero disparó sobre Meret. Antes del descanso, Hojlund robó un balón en el centro del campo y corrió hacia Semper, pero su disparo fue bloqueado por la intervención de la zaga toscan..
La segunda parte comenzó como había terminado la primera, con un animado Spinazzola capaz de penetrar con facilidad por la izquierda, como hizo en el minuto 52, cuando Politano recogió su centro raso y falló. Sin embargo, los toscanos no se dieron por vencidos y persistieron en su búsqueda del empate con corazón y constancia, encontrándolo en el minuto 60 con un penalti pitado por Nzola tras una mano de Beukema en el área.
Spinazzola impulsa al Nápoles
Conte dio entrada a Lobotka y Anguissa, dos leales a su causa, para recuperar la ventaja. El camerunés probó fortuna de inicio, pero el granítico muro pisano surtió efecto y se cerró con éxito. La desafortunada conclusión de De Bruyne desde la frontal simbolizó toda la ineficacia del ataque azzurro, que encontró un protagonista inesperado. Y fue Spinazzola, que en el minuto 74 controló el balón fuera del área, centró y soltó un disparo raso que engañó a un Semper poco impecable.
El 2-1 a favor de los napolitanos no cambió las intenciones del técnico local, que introdujo a Lucca por Hojlund con el objetivo de mantener el balón en ataque. Gilardino, por su parte, dio espacio a Cuadrado con el objetivo de desbordar por la derecha. Pero fue el ex delantero del Udinese quien marcó, y en el minuto 83 recibió el balón de espaldas a la portería de McTominay y se giró para lanzar un disparo que pasó por debajo del travesaño.

Fue una especie de redención para el delantero de 25 años, que marcaba para los azzurri por primera vez y después de tres suplencias conseuctivas. Pero el Nápoles siguió complicándose la vida y, tras un mal despeje de Di Lorenzo, el recién entrado Lorran marcó el 3-2 a puerta vacía, provocando enormes escalofríos enlos campeones de Italia, que acabaron apretando los dientes pero acabaron amarrando los tres puntos y el liderato en solitario.