En medio de un escenario cada vez más favorable, el gesto del campeón del mundo no pasó desapercibido ni en Argentina ni en Europa.
Un contexto que potencia el impacto internacional
La chance de ver a Paulo Dybala en Boca dejó de ser una simple utopía. La decisión de la Roma de no avanzar en la renovación de su contrato, que vence en junio de 2026, abrió una ventana inesperada. Incluso, distintas informaciones desde Italia indican que el vínculo podría resolverse antes, facilitando una salida sin costo en enero y permitiéndole al club italiano ahorrar cerca de cuatro millones de euros en salarios.
Desde la mirada global, el escenario es claro:
- Un campeón del mundo.
- Ídolo en Europa.
- En plena vigencia mediática.
- Llegando a uno de los clubes más populares del planeta.
- El impacto comercial, deportivo y comunicacional sería inmediato.
Paredes, Dybala y una sociedad que ilusiona al mundo Boca
Según informó ESPN, Paredes viajó a Italia para cerrar asuntos personales pendientes tras su regreso al Xeneize, pero aprovechó la ocasión para reencontrarse con su amigo y alentarlo desde la tribuna. ¿Casualidad? Para muchos, no.
Las versiones desde Italia refuerzan la teoría del "operativo seducción". El periodista Francesco Balzani, colaborador de La Gazzetta dello Sport, reveló que los hermanos de Dybala ya iniciaron contactos con Boca, apuntando incluso a una posible salida en enero.

"La Roma no ha vuelto a contactar con el entorno del jugador, y la posibilidad de un regreso a la Argentina se reactivó", señalaron desde el medio italiano.
Un movimiento de este tipo no solo sacudiría el fútbol argentino, sino que volvería a poner a Boca en el centro de la escena internacional, algo que no ocurre desde hace años en términos de mercado.
El factor humano que puede acelerar todo
Más allá de lo futbolístico, hay un elemento clave: la vida personal de Dybala. El delantero y su esposa, Oriana Sabatini, esperan su primer hijo para marzo, un dato que podría influir en la decisión de instalarse en Argentina tras el nacimiento.
En ese contexto, el testimonio de Daniel Paredes, padre de Leandro, fue contundente: "Paulo tiene el corazoncito de Boca y quiere venir. Yo escuché una conversación y él dijo que venía".
Declaraciones que, amplificadas por redes y medios internacionales, elevaron aún más el ruido mediático.
Boca, cautela dirigencial y una oportunidad única
Desde la dirigencia, la postura es clara: no comprar el pase y esperar una salida negociada o la libertad de acción. Marcelo Delgado, integrante del Consejo de Fútbol, lo resumió así: "Ojalá podamos hacer el esfuerzo. Sabemos que su contrato vence en junio de 2026 y después se evaluará".
Boca es consciente de que no puede competir con los salarios de Europa, MLS o Medio Oriente, pero apuesta a un combo potente: sentido de pertenencia, proyecto deportivo y exposición global, algo que el club puede ofrecer como pocos en el mundo.
El presente de Dybala en Roma, otro factor clave
En lo estrictamente deportivo, la situación de P. Dybala en la Roma no es la ideal. Viene de ser suplente por cuarto partido consecutivo, afectado por lesiones y sin continuidad. En el segundo semestre apenas disputó 13 partidos (696 minutos), con dos goles y una asistencia, números bajos para su jerarquía.
Incluso Gian Piero Gasperini dejó entrever que el cordobés deberá volver a ganarse su lugar, algo que refuerza la idea de un cambio de aire.
Un posible pase que trasciende a Boca y al fútbol argentino
La eventual llegada de Paulo Dybala a Boca no sería solo un refuerzo: sería un golpe de efecto mundial, comparable con los regresos más resonantes del fútbol sudamericano en los últimos años.
Sponsors, audiencias, redes sociales, derechos de TV y cobertura internacional se verían inmediatamente impactados. Boca volvería a ser tendencia global… y el fútbol argentino, también.
Por ahora, no hay confirmaciones. Pero la foto en Roma, los movimientos silenciosos y el contexto europeo indican que el sueño está más vivo que nunca.
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