Pina, de 24 años, y Vicky, de 19 -ambas jugadoras del Barcelona-, suplieron a la perfección las bajas de Aitana Bonmatí, triple ganadora del Balón de Oro, por una rotura del peroné que se produjo durante un entrenamiento previo, y de Patri Guijarro, con una fractura por estrés en un hueso del pie derecho.
Tras 150 minutos de eliminatoria igualada y sin goles, a España le bastaron 13' para que ambas jugadoras decidieran el título con tres golazos.
Con su doblete, Pina acabó como como máxima goleadora del torneo con ocho dianas.

La labor de Sonia Bermúdez, que tomó las riendas en agosto después de que el combinado español perdiera la final de la Eurocopa en la tanda de penaltis frente a Inglaterra, parecía complicada, en un momento en el que la generación que llevó a España a conquistar el Mundial de 2023 se va apagando poco a poco.
Pero las jóvenes han demostrado a la seleccionadora que puede contar con ellas.
"No miro el DNI"
"Todas las que han venido estaban preparadísimas (...) Pensamos en el rendimiento, no miramos el DNI ni en el cambio generacional", profundizó Bermúdez en rueda de prensa.
Cata Coll, que pese a tener 24 años ya es campeona mundial, también asumió galones en un equipo en plena transición. El viernes, fue artífice de que el equipo no encajara y, el martes, también se mostró impecable bajo los palos.
Pronto, jugadoras como Hermoso (35), Putellas (31) e Irene Paredes (34), referentes de esta selección, dejarán el camino abierto a una nueva hornada en la que también figura Edna Imade, que representa a una España más diversa.
La futbolista de la Real Sociedad, que llegó a España a los tres meses en patera, entró por primera vez en la lista de la selección española y ya disfrutó de sus primeros minutos con la Roja.
Sus padres huyeron de la guerra en Nigeria cuando estaba embarazada de ella y de su hermano gemelo. Imade acabó naciendo en Marruecos y, poco después, sus padres se embarcaron en una patera para poner rumbo a España.
