El norirlandés, que este año completó el Grand Slam de su carrera al conquistar el Masters de Estados Unidos, ha sido uno de los grandes atractivos en Royal Melbourne esta semana y terminó empatado en el puesto 14, a ocho golpes del ganador Rasmus Neergaard-Petersen.
"Tenía muchas ganas de volver por aquí, hacía más de diez años que no jugaba el Open de Australia", comentó McIlroy tras su última ronda.
"Este es un torneo de golf con muchísimo potencial, y creo que esta semana se ha visto un poco de eso. Pero todavía queda camino por recorrer.
"Me encantaría que vinieran algunos jugadores más a competir aquí. Pero es complicado. Esta semana coinciden tres torneos en el calendario."
"Hay que hablar con personas mucho más importantes que yo, que son quienes deciden los calendarios y organizan todo eso."
"Ojalá el Open de Australia pueda encontrar una fecha que convenga a todos y así, al menos, todos tengan la opción de venir a jugar."
El torneo ha puesto fin a una temporada brillante para el golfista de 36 años.
Además de su ansiado triunfo en el Masters, McIlroy ha conquistado su séptimo título de la Race to Dubai, el Irish Open y ha formado parte del equipo europeo que defendió con éxito la Ryder Cup en Estados Unidos en septiembre.
"Ahora me apetece tomarme un pequeño descanso", afirmó. "He tenido un calendario bastante cargado después del verano, con el Irish Open, luego la Ryder Cup y después he estado viajando por todo el mundo estos últimos meses."
"Me ilusiona tener algo de tiempo libre, por fin poder reflexionar sobre todo, quizá ver algunos de los torneos en diferido. No me he permitido hacerlo demasiado hasta ahora."
"Espero con ganas las vacaciones de Navidad, relajarme, tomarme unas copas de vino y pensar en lo increíble que ha sido este año."
