La debacle israelí en Oslo dio a Italia una importante oportunidad de acelerar en la lucha por la repesca. Contra Estonia, debía empezar con la máxima velocidad y eficacia. Y Moise Kean respondió enseguida de forma decisiva, encontrando el gol de la victoria a los cinco minutos a su manera, es decir, entrando por la izquierda y encontrando un precioso derechazo justo dentro del área.
La mayor intensidad del mediocampo azzurro, con Barella y Tonali muy activos, creó superioridad de forma constante, aunque las preocupaciones de Gennaro Gattuso se centraron en un feo golpe sufrido por Kean en torno al minuto 10. El delantero del Fiorentina se retiró cojeando para ser atendido, antes de regresar y apretar los dientes durante un rato, dejando el puesto a Pio Esposito. Fue una pena para un jugador que, después de Filippo Inzaghi en 2001, encontró el gol en el cuarto partido consecutivo en la selección y que está mostrando un excelente estado de forma en el combinado nacional.
Retegui para bien o para mal
El dominio de los Azzurri, sin embargo, no decayó, y cerca de la media hora, por una falta de Kuusk sobre Raspadori, se pitó un penalti. Desde el punto de penalti llegó Mateo Retegui, cuya carrera interrumpida resultó quizás demasiado corta para colocar limpiamente el balón. El tiro interior del internacional argentino fue bloqueado por Hein, que adivinó la trayectoria del disparo raso a su izquierda.
El oriundo de San Fernando, sin embargo, encontró inmediatamente la manera de resarcirse al batir al guardameta rival con un precioso derechazo interior bajo la portería tras un pase raso de Orsolini después de un buen cambio de juego de Dimarco. Con la doble ventaja perdida, Donnarumma y sus compañeros afrontaron la segunda parte con bastante serenidad, y Retegui buscó la escuadra por la izquierda de Hein a los 10 minutos con una preciosa trayectoria que se marchó ligeramente desviada.
Alegría y error
Y fue precisamente el taconazo del ex del Atalanta el que poco después inspiró a Raspadori, cuyo zurdazo fue desviado por unos felinos reflejos del guardameta báltico, que evitó la capitulación. La segunda parte se planteó de forma académica por parte de los azzurri, que a los 72 segundos desaprovecharon la ocasión de marcar el tercer gol por mediación de Spinazzola, que fue recuperado en el momento de chutar tras un contragolpe, y vio cómo Bastoni cometía una falta por una amonestación que le impedirá jugar en el próximo partido.
El tercer gol llegó poco después, con un primer centro de Pio Esposito tras un centro desde la izquierda del propio Spinazzola. El último cuarto de hora de partido se vio empañado por el garrafal error de Donnarumma cuando, tras blocar un centro, permitió a Sappinen acortar distancias. Los nervios aumentaron ligeramente, pero los hombres de Gattuso mantuvieron el tipo y evitaron nuevos sustos. Los 600 italianos presentes en el le Coq Arena se fueron así contentos a casa. Italia cumplía con su deber. Y el martes, en casa contra Israel, tendrá que defender el segundo puesto.

Jugador Flashscore del partido: Orsolini (Italia).