Las pruebas se han realizado en un túnel ferroviario fuera de servicio en Inglaterra, con la colaboración de la marca Specialized. El método PIV, hasta ahora exclusivo de la F1, permite visualizar y medir el comportamiento del aire con un nivel de detalle nunca visto.
Durante los experimentos, millones de microburbujas de helio han sido iluminadas por haces de láser, lo que ha permitido registrar con exactitud el movimiento del aire alrededor del atleta y su equipamiento. Cada ciclista ha realizado más de 100 pasadas bajo una “cortina” verde de burbujas y luz láser para recoger datos precisos sobre posición, postura y velocidad.
El ingeniero Dan Bigham, que participa en el proyecto, ha asegurado que esta investigación "va a revolucionar el deporte" y abrirá "una nueva era en el ciclismo".
Desde la llegada de Red Bull a la estructura del equipo alemán, la relación con la Fórmula 1 se ha intensificado. Ahora cuentan con la colaboración de especialistas vinculados al piloto neerlandés Max Verstappen, cuatro veces campeón mundial de F1.
Con esta apuesta tecnológica, Red Bull-Bora-Hansgrohe busca mejorar aún más el rendimiento de sus principales ciclistas: Evenepoel, Roglic y el alemán Florian Lipowitz.
