Con fuegos artificiales y la presencia del mariscal Khalifa Haftar, dirigente del este de Libia, los aficionados pudieron aclamar al inglés Michael Owen, a los brasileños Julio César y Roberto Carlos y a los portugueses Luis Figo y Nani, entre otros.
Belgacem Haftar, hijo del mariscal que lidera el riquísimo Fondo de Reconstrucción de Libia, también estaba presente.
"El Estadio Internacional de Bengasi es para todos los libios" y será "un lugar de reunión (...) y la prueba de que Libia es un país unido, sean cuales sean los retos y dificultades", afirmó el mariscal Haftar, que vistió de civil y no de militar en esta ocasión.
Libia, después de la caída de Muamar Gadafi en 2011, está dirigida por dos ejecutivos rivales: uno reconocido por la ONU, el instalado en Tripoli (oeste) por Abdelhamid Dbeibah, y otro en el este, sostenido por el mariscal Haftar.
Sin mencionar a las autoridades del este, Dbeibah felicitó a los habitantes de Bengasi por la apertura del estadio, que tiene capacidad para 40.000 personas.
El pasado marzo, con impulso del Gobierno de Abdelhamid Dbeibah, el Estadio Internacional de Trípoli había sido reabierto en otra ceremonia, después de dos años de obras, destinadas a adecuarlo para las normativas internacionales.