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Oliver Tarvet, del circuito NCAA a medirse a Carlos Alcaraz en Wimbledon

Oliver Tarvet, la nueva sensación británica.
Oliver Tarvet, la nueva sensación británica. CLIVE BRUNSKILL / GETTY IMAGES EUROPE / Getty Images via AFP
El tenis británico siempre está atento a las futuras estrellas. Oliver Tarvet, que tendrá el privilegio de enfrentarse a Carlos Alcaraz en segunda ronda de Wimbledon, está a punto de recibir una inyección de moral considerable.

En noviembre de 2024, Oliver Tarvet fue derrotado en los octavos de final del torneo de la NCAA por el modesto Radu Mihai Papoe. Es algo anecdótico, por supuesto, pero representativo del tenis: sea cual sea el nivel de competición, siempre es difícil triunfar.

En junio de 2025, Oliver Tarvet recibió una wildcard para las eliminatorias de Wimbledon, el Grand Slam que se juega cerca de su casa (él es de St. Albans). Debido a su posición en el ranking, es el número 700 del mundo, no tenía los puntos necesarios para clasificarse. Pero el tenis a veces produce grandes historias, y el británico no desaprovechó la oportunidad ante su público.

Tarvet logró tres victorias contra jugadores de cierto renombre, Terence Atmane (124º del mundo), Alexis Galarneau y Alexander Blockx, ex número 1 mundial júnior. Tres nombres, tres jugadores mucho mejores que él sobre el papel, pero sólo un set perdido. ¿Cómo es posible?

Dos derrotas, una por incomparecencia

Lo primero es lo primero: la mencionada derrota en el torneo individual fue una especie de accidente. Oliver Tarvet siempre ha tenido mucho crédito en la NCAA, y está considerado como uno de los mejores jugadores del circuito universitario. Como prueba, sólo ha perdido dos partidos a cualquier nivel desde principios de 2025, ¡uno de ellos por incomparecencia!

Pero ser una estrella de la NCAA no es garantía de éxito. Desde principios del siglo XX, entre todos los ganadores individuales del campeonato, ha habido unos cuantos nombres conocidos, varios habituales del circuito ATP, pero sólo una carrera que pueda considerarse realmente digna de mención: la de Ben Shelton. Ganador en 2022, el estadounidense ya ha dejado su huella con dos semifinales de Grand Slam y un puesto en el Top 10.

Es un poco pronto para juzgar cómo será la carrera de Tarvet. Pero al menos está rompiendo los pronósticos en los primeros compases. En la primera ronda de Wimbledon, derrotó... a otro jugador proveniente de la fase de clasificación, Leandro Riedi. Pese a estar 200 puestos por encima, el suizo fue arrollado por el británico, que se impuso por 6-4, 6-4 y 6-4 ¡sin conceder ni un solo punto de ruptura!

No posee el saque más potente, pero tiene siempre el deseo de jugar hacia delante. Algo que puede ir a contracorriente, en un momento en el que en el tenis se hace hincapié en distribuir el ritmo desde la línea de fondo y utilizar la potencia para hacer retroceder a los rivales lo máximo posible.

Oliver Tarvet es un verdadero atacante con un buen juego en la red. Por supuesto, la muestra es pequeña al más alto nivel, pero tendrá la oportunidad de codearse con el mejor. Carlos Alcaraz, número 2 del mundo y poseedor de dos entorchados en Wimbledon con tan sólo 22 años, es su próximo rival este miércoles. Todo en la Pista Central. Un sueño hecho realidad.

Restricciones económicas

Pero toda gran carrera tiene su lado negativo. Y es que si el británico ha sido noticia es por dinero. Al alcanzar la segunda ronda, ya ha ingresado 115.889 euros en el banco. El problema es que su contrato con la Universidad de San Diego es muy estricto: sólo puede cobrar 8.500 euros en premios, independientemente de lo lejos que llegue en el torneo. 

A pesar de todo, no oiremos a Tarvet hablar mal del circuito universitario, como indicó en rueda de prensa. "¡El sistema universitario es increíble! Quiero dar las gracias a mis entrenadores de San Diego, que han estado hoy conmigo. El sistema universitario está tan bien organizado que, si das el 100%, es imposible no mejorar. No sé qué voy a hacer pero tengo muchas ganas de volver a San Diego para mi último año, para agradecerles todo lo que han hecho por mí y para dejar huella".

¿Un discurso superficial? No importa. Esta bonita historia llegará probablemente a su fin este miércoles, pero para Oliver Tarvet, esto no es más que el principio.