Quinto favorito y 31 del ranking mundial, el campeón defensor consiguió una proeza que se ha escapado a grandes figuras de la raqueta, como los españoles Rafael Nadal (2014) y Carlos Alcaraz (2022), que también se coronaron en la ciudad postal de Brasil.
Revalidó el título y alzó su segundo ATP 500 al imponerse con parciales de 6-2 y 6-3 en una hora y 26 minutos de juego en la cancha principal del Jockey Club, la Guga Kuerten.
Con el Cristo Redentor vigilando desde la distancia, el argentino de 24 años puso punto y final a una semana notable en la que apenas se dejó dos sets en cinco partidos.
"Estoy muy contento por cómo se dio todo, por la semana de menor a mayor, por cómo venían siendo los últimos meses", dijo el flamante campeón a la transmisión de televisión, sobre problemas físicos que lo afectaron a finales de 2024.
Báez recibió el trofeo de manos del ídolo argentino Juan Martín del Potro, exnúmero tres del mundo y recientemente retirado del tenis.
Imponer el favoritismo
En su primer partido en el circuito contra Müller, que se estrenaba en Río, el sudamericano quebró el saque del europeo en el tercer (2-1) y séptimo (5-2) juego del primer set. En la segunda manga, de ida y vuelta, se fue de largo después de romper el servicio en el octavo (5-3).
Báez ganó de esta forma su séptimo título en el tour, cinco de ellos ATP 250, después de haber transitado un camino en el que se enfrentó, en su mayoría, a tenistas argentinos.
Para llegar al duelo definitivo, eliminó a Román Burruchaga en primera ronda, a Navone en octavos y a Camilo Ugo Carabelli, una de las revelaciones, en semifinales. En cuartos, despachó al taiwanés Chun-hsin Tseng.
Su camino fue un poco más tranquilo que el del subcampeón, quien disputó su primera final de un torneo ATP 500 un mes y medio después de ganar su primera corona en el tour, la del ATP 250 de Hong Kong.
Ahora, por Santiago
El galo dejó atrás, entre otros, a la promesa brasileña Joao Fonseca, de 18 años; al cuarto preclasificado y mejor raqueta de Argentina, Francisco Cerúndolo; y al también argentino Francisco Comesaña, quien despidió al gran favorito, el alemán Alexander Zverev, número dos del mundo.
Nacido en Buenos Aires, Báez obtuvo el bicampeonato en su cuarta participación en el Abierto de Río, que en las 10 ediciones previas nunca repitió campeón.
Lo hizo en un certamen que volvió a ser un éxito de taquilla, pero que perdió por lesión a dos de sus principales figuras antes de que salieran al ruedo: el danés Holger Rune y el italiano Lorenzo Musetti.
El Río Open, nombre oficial de la competición, también sufrió con las eliminaciones precoces de Fonseca en primera ronda y de Zverev en cuartos, y con una ola de calor que sofocó a la 'Cidade Maravilhosa' a comienzos de semana.
Pero el flamante campeón se sobrepuso a toda adversidad, y con un juego solvente viajará ahora a Santiago de Chile para intentar defender el título que conquistó el año pasado en suelo austral.