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El corazón no basta para un gran Cobolli, Djokovic gana en cuatro sets y pasa a semis

Novak Djokovic
Novak DjokovicKIRILL KUDRYAVTSEV / AFP
El romano nacido en Florencia aguantó el tipo ante el serbio durante la mayor parte del partido, llegando incluso a ganar el primer set en el tie-break tras recuperar su desventaja. Luego, la experiencia y la capacidad de ser letal en los momentos cruciales permitieron al ex número 1 imponerse.

Con la lupa romana tatuada en el brazo izquierdo y la frase del capitán De Rossi en la cadera derecha, Flavio Cobolli intentó una nueva hazaña en Wimbledon.

Tras alcanzar los cuartos, tuvo que enfrentarse al campeón serbio Novak Djokovic, que no necesita presentación. El romano no defraudó las expectativas, ganó el primer set con un fabuloso tie-break, y luego aguantó el tipo ante el ex número 1 durante la mayor parte del partido y hasta el final de los cuatro sets de tesis.

Djokovic se impuso finalmente por 6-7 6-2 7-5 6-4 y alcanzó las semifinales junto a Jannik Sinner. Sin embargo, Cobolli salió con la cabeza alta, como un guerrero.

Guerrero

En las gradas no sólo está Edoardo Bove, antiguo compañero en el equipo juvenil del Roma, para apoyar a Flavio Cobolli. Entre amigos y familiares también estaban Fabio Fognini, que había anunciado en la tarde su retirada del tenis, y el capitán de la selección azzurra, Filippo Volandri.

El florentino sólo de nacimiento, pero romano y romanista de corazón y de vida, afronta el partido contra el ex número 1 del mundo y leyenda viva de este deporte, visiblemente tenso. Rompió el hielo llevándose el primer juego, luego en el tercero volvió la tensión en su saque y del 40-0 el serbio remontó al 40-40, pero Cobolli demostró que no estaba aquí por casualidad y anotó el primer ace del partido, luego a las ventajas se llevó el juego.

El serbio sigue jugando a gran velocidad porque sabe que es la única manera de intentar poner en apuros a Djokovic y no dejarse arrastrar. Se vio obligado a salvar dos puntos de ruptura en el sexto juego, pero en el noveno, con 4-3, tuvo que ceder el saque cuando, tras un largo peloteo, su derecha se marchó fuera por poco. El 'amarillo-rojo', sin embargo, no es de los que se desanima y en el siguiente juego reacciona, arrancando con agresividad para recuperar el break. Remontó un 0-40, la derecha de Nole en el segundo acabó fuera, y el romano volvió a caer por 4-5.

Las pruebas contra el serbio, sin embargo, no terminan nunca. En el siguiente juego, Cobolli se ve obligado a salvar incluso un punto de set, pero consigue llevar el set al tie-break. Aquí arrebató el primer mini-break y luego, con dos grandes saques, se puso con una ventaja de 3-0. Con 5-4 y saque, Djokovic igualó la cuenta del mini-break con una volea parada tras el mejor intercambio del set, y luego con una devolución de derecha Cobolli consiguió un punto de set al saque del serbio. El ex número 1 lo anuló, pero con un preciso passing, el italiano ganó otro punto de set en su saque, que esta vez, con un gran primero, no desaprovechó, conquistando el primer set.

Increíble la frialdad con la que Cobolli cierra el parcial y la aparente serenidad con la que celebra lo que para él es en cualquier caso una hazaña, y el posible preludio de algo aún mayor. Algo que crea un contrapunto con el público partidario extasiado en las gradas, mientras en las gradas un tal Hugh Grant se echa la siesta.

Sin energía

En el siguiente set, el campeón serbio cambió de marcha, mientras Flavio sentía el cansancio de mantener un ritmo tan sostenido durante tanto tiempo. El romano aguantó hasta el 2-2, y entonces Djokovic despegó, concediendo sólo tres puntos en tres juegos: primero, rompió a la primera oportunidad en el 15-40, y luego, tras un juego perfecto, ganó otros tres puntos de ruptura en el 0-40. Cobolli salvó los dos primeros pero no el tercero, y con otro juego a cero el serbio cerró el set por 6-2.

Vuelve el equilibrio, gana la experiencia

En el tercer set Djokovic no aflojó mientras Cobolli aún tenía que recuperar energías, y así el set se abrió con otro break para el serbio, el tercero consecutivo. La racha de siete juegos consecutivos se interrumpió en el 2-0, cuando Cobolli se apuntó un juego perfecto, indicio de que el serbio estaba descansando y el italiano recuperando energías.

La confirmación llegó en el siguiente juego, cuando Cobolli se puso 0-30 al saque de Djokovic. El serbio se recuperó, pero en las ventajas, con una respuesta fulgurante, Flavio encontró el contra-break. Tres juegos consecutivos gracias a su derecha, convertida de nuevo en un arma letal, le permitieron ponerse 4-3 primero, y 5-4 después, con un juego cerrado a cero. En este punto, el romano parecía tener más que el serbio, que, sin embargo, viajando a velocidad de crucero, logró contenerle, y entonces, en el 5-5, hizo el break letal que le llevó a servir para el set. Esta vez Cobolli no logró la proeza del primer set y Djokovic cerró 7-5, tomando una ventaja de un set.

Una volea fatal

En el cuarto set continuó el equilibrio, que había vuelto en el tercer set hasta el break final de Djokovic. El serbio no subió tanto el nivel como en el segundo set, con el objetivo principal de conservar energías, mientras que el italiano ya había recuperado las suyas. La cosa siguió así, sin grandes sobresaltos ni puntos de ruptura, con la sensación de que el serbio sólo esperaba el momento oportuno para romper el saque y cerrar el partido.

La oportunidad llegó en el 4-4 cuando, en el 30-30, la bola de Cobolli se fue a la red y, tras un bonito intercambio controlado, la volea baja traicionó al romano, que fue incapaz de devolver la pelota al otro lado de la red. El serbio consiguió el break, y en el cambio Djokovic tiene la oportunidad de servir para el partido.

Pero ni siquiera aquí se rindió Cobolli, que se recuperó de un 40-15 y forzó el deuce de Djokovic, además de una caída sobre la hierba que hizo temer lo peor. El serbio, que parecía ser de goma, volvió a levantarse y Cobolli con una derecha en la red le dio otro punto de partido que esta vez no desaprovechó.