Ahora que se acerca la final de Roland Garros, el torneo que consagra la tierra batida, le contamos cómo se originó.
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Aquí tienes un repaso a la historia y la composición de la lenta superficie del tenis.
¿Quién decidió jugar al tenis sobre tierra batida roja?
La versión moderna del tenis, como usted sabe, se inventó en Inglaterra para jugarse sobre hierba. La pista de tierra batida no se creó hasta finales del siglo XIX, y precisamente por un tenista británico.
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William Renshaw, campeón de Wimbledon, y su hermano Ernest tenían una casa en la zona de Cannes, pero su pista de tenis -de hierba, obviamente- era una porquería.
El sol inclemente de la Riviera francesa tostaba la hierba durante la mayor parte del año, haciendo que la pista fuera injugable.
Así que los Renshaws decidieron ocultar la hierba de las inclemencias del sol con un polvo rojo, derivado de moler los restos de vasijas de barro que tiraba una fábrica de la zona. Los ingleses conocían la fábrica porque allí compraban sus macetas de jardín.
¿Quizá el polvo podía proteger la humedad del césped?
El invento fue todo un éxito
Esta solución improvisada resultó ser excelente. Al cabo de uno o dos años, unos 104 bloques de terracota se habían extendido por Cannes, y de allí a Sudamérica y a otras regiones soleadas del planeta.
Debido a la rápida popularización de la idea inglesa, la fábrica de la pequeña ciudad de Vallauris ya no podía hacer frente a la demanda de las macetas, por lo que el polvo de ladrillo (mucho más abundante) se convirtió en el principal producto de la gravera.
El primer torneo que utilizó pistas de grava en el tenis se celebró posiblemente en Hamburgo (Alemania) en 1892, dos años después de la invención de William Renshaw.
El Abierto de Francia utilizó diferentes tipos de superficie hasta que adoptó definitivamente la tierra batida en 1908.
La tierra batida de Roland Garros es básicamente de piedra
Roland Garros siempre ha sido el único Grand Slam que se ha disputado sobre tierra batida, con la excepción de los años comprendidos entre 1975 y 1977, cuando el Abierto de Estados Unidos se jugó sobre arcilla verde (fabricada a partir de un tipo de basalto).
La pista central de Roland Garros requiere 1,5 toneladas de arcilla. El suelo está cubierto por un total de cinco capas de tierra, cada una de ellas de unos 80 centímetros de profundidad.
La primera capa se compone de piedras, seguida de grava, clinker (un residuo volcánico), piedra caliza y, por último, una fina capa de ladrillos triturados de unos dos milímetros de espesor, que da a las pistas su tono rojizo.
La arcilla del Grand Slam francés se fabrica con un tipo específico de arcilla llamada terre battue (tierra batida), que absorbe muy bien la humedad y sólo se encuentra en la región de París.