Tras el final del reinado de Iga Swiatek a manos de una tal Aryna Sabalenka, la segunda semifinal era esperada con impaciencia por toda Francia. Lois Boisson, un auténtico torbellino en Roland Garros, estaba a un paso de una final histórica en casa. Pero el reto del día era duro: Coco Gauff, número 2 del mundo y finalista en 2022, era sin duda la favorita del día.
Boisson se había mostrado inmune a la presión desde el inicio del torneo, pero esta vez parecía verdaderamente afectada. Sin desmerecer, sufrió una rotura, luego dos, sorprendida por la defensa a ultranza de su rival. Coco Gauff no dio espacio a su rival y ganó todos los peloteos largos. Cuando Boisson despertó, buscó varios puntos de ruptura, pero se topó con un muro.
En el quinto juego, por fin abrió su cuenta, pero el primer set ya parecía perdido. Impresionantemente, la estadounidense barrió a su rival, devolviéndole todo, y dobló fácilmente el primer set. En ese momento, las posibilidades de la francesa quedaron claramente en entredicho.
Sin capacidad de reacción
Su actitud parecía superada por lo que estaba en juego, por no tener opciones y no poder pasar el brazo por la red. El plan era sencillo: mantener el saque a toda costa y esperar una oportunidad. Llegó en el tercer juego, pero una vez más Gauff no se dejó vencer tan fácilmente. Y en el siguiente juego, asestó el golpe definitivo a una francesa inactiva. Parecía que se acercaba el final, pero Boisson consiguió romper aprovechando un pequeño fallo de concentración de su rival. ¿El comienzo de algo grande?
Por supuesto que no. Coco Gauff logró otra ruptura y esta vez parecía el final del camino. No había nada que hacer contra la estadounidense, demasiado fuerte, demasiado sólida y demasiado acostumbrada a este nivel de competición como para dejarse sorprender por una rival que no había redescubierto la magia de las rondas anteriores. El resultado fue una lógica derrota por 6-1 y 6-2. El sueño llegó a su fin para Lois Boisson y, aunque esta campaña sigue siendo inolvidable para la francesa, termina con un sabor a asignatura pendiente...