Gjert Ingebrigtsen, de 59 años, ejerció de entrenador hasta 2022 de Jakob, de 24 años, que ganó los oros olímpicos en los 5.000 metros de París 2024 y en los 1.500 metros de Tokio 2021.
Fue acusado de violencia física y psicológica contra Jakob y su hermana Ingrid, de 19 años, entre 2008 y 2022, pero negó los cargos.
Al término del largo juicio que duró del 24 de marzo al 15 de mayo en el tribunal de Sandnes, fue absuelto de los abusos alegados por Jakob.
Sin embargo, el tribunal le declaró culpable de un incidente violento en el que estuvo implicada su hija Ingrid.
En su testimonio, Ingrid dijo al tribunal que su padre la golpeó en la cara con una toalla mojada en enero de 2022; una foto tomada ese día la mostraba con la mejilla roja.
Dijo que apuntaba a su dedo, que ella le señalaba durante una discusión.
Además de una condena de 15 días de prisión con suspensión de la pena, Ingebrigtsen Sr fue condenado a pagar a Ingrid 10.000 coronas (874 euros) en concepto de daños y perjuicios.
Los fiscales habían pedido para él dos años y medio de cárcel.
"No dijeron que estaban decepcionados. Dijeron que estaban sorprendidos", declaró a la prensa Mette Yvonne Larsen, abogada de Jakob e Ingrid, al describir las reacciones de sus clientes ante el veredicto.
Por su parte, los abogados del acusado señalaron que "lo decisivo para la conclusión del tribunal fue la falta de pruebas que demostraran que Gjert Ingebrigtsen había infundido miedo constante a sus hijos".
"El tribunal destacó específicamente que varios familiares cercanos, así como testigos externos, no habían observado ni presenciado malos tratos", señalaron en un comunicado.
Las partes tienen 14 días para recurrir el veredicto.
Asesinato del carácter
A lo largo del juicio, Jakob se refirió a su padre como "el acusado" y declaró ante el tribunal que dejó de llamarle "papá" a los 11 o 12 años.
"Mi educación se caracterizó en gran medida por el miedo", dijo al tribunal.
"Sentía que no tenía libertad de elección y que no se me permitía decir lo que pensaba. Todo estaba controlado y decidido por mí. Había una enorme manipulación", dijo.
Relató varios episodios de violencia física, como bofetadas y patadas en el estómago, algunos de los cuales ocurrieron cuando tenía siete años.
Ingebrigtsen padre ha calificado el juicio de "caso de libro de texto de difamación".
Dijo al tribunal que había sido un padre "excesivamente protector" que había dado a sus siete hijos una educación "tradicional y patriarcal".
Se esforzó por contribuir a su éxito, pero sólo recibió ingratitud a cambio.
Jakob y dos de sus hermanos, Henrik y Filip, también deportistas, conmocionaron a Noruega en octubre de 2023 cuando utilizaron un artículo de periódico para acusar a su padre de emplear la violencia física durante su educación.
La Policía investigó las denuncias sobre los siete hermanos, pero sólo se quedó con las relativas a Jakob e Ingrid.
Jakob -que se proclamó campeón del mundo de 1.500 y 3.000 metros en pista cubierta justo antes de la apertura de la prueba en marzo-, junto con Henrik y Filip, cortaron los lazos con su padre en 2022.
El último día del juicio, Jakob dijo al tribunal que el proceso tenía "consecuencias profundas y desgarradoras" para los hermanos, independientemente del veredicto.
"Lo sabíamos desde el principio, pero era importante contar nuestra historia", dijo.