Jonas Vingegaard (28) se cayó de la bicicleta a falta de 84 km para el final de la quinta etapa de la París-Niza a principios de este mes, se cortó el labio superior y pareció hacerse daño en la muñeca.
Vingegaard se puso en contacto con el médico de la carrera después de recuperarse, pero se le permitió terminar la etapa sin más exámenes. Más tarde se supo que había sufrido una conmoción cerebral.
"Me puse en contacto con el médico de la carrera porque tenía sangre en la cara. Pero no quisieron examinarme para ver si tenía una conmoción cerebral, lo que me pareció extraño. Mis gafas estaban rotas, tenía sangre en la cara y en la ceja".
"En el futuro, deberían revisar a todos los que se golpean de los hombros para arriba antes de dejarles continuar", dice Jonas Vingegaard a la prensa desde el campo de entrenamiento a gran altitud de Sierra Nevada.
Sólo una hora despierto
En los días posteriores al accidente, sólo pudo mantenerse despierto durante una hora seguida.
Y no ayudó a la recuperación el hecho de que estuviera demasiado ansioso por volver a subirse a la moto.
"Al principio sufría, pero cada día hacía progresos, y el lunes (cuatro días después de la caída) pensé que podía probar a sentarme en la moto durante una hora. Me salió el tiro por la culata".
"Después me mareé mucho y tuve que irme a dormir, así que no toqué la moto durante los cuatro días siguientes. El viernes o sábado siguiente fue mi primer día sobre la moto de nuevo".
"Pero para entonces ya era tan tarde que tuve que cancelar mi participación en la Vuelta a Cataluña", dice Jonas Vingegaard.
El accidente obligó a Vingegaard a reprogramar su calendario. El Critérium du Dauphiné, a mediados de junio, será su única prueba de fuerza antes del Tour de Francia.